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Февраль
2024

Pablo de la Peña: Pronósticos de crecimiento, pero con riesgos de gobernanza

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En días pasados el INEGI dio a conocer la estimación oportuna del Producto Interno Bruto de México para el IV trimestre del 2023. Se estima que el crecimiento del PIB fue del 3.1 por ciento para todo el 2023, y el IV trimestre mostró una desaceleración con 2.4 por ciento, respecto al ritmo que traía en el II y en el III trimestre, superior al 3.4 y 3.3 por ciento respectivamente.

Este crecimiento del 3.1 por ciento fue superior a las estimaciones iniciales que eran cercanas al 1 por ciento en el mejor de los casos. Sin embargo, creo que podemos decir que este incremento, o esta aceleración del ritmo de la economía, fue consecuencia de tres cosas. Una, un crecimiento importante de las exportaciones mexicanas en el año, que fue del 2.6 por ciento (llegando a $593,011.6 mil millones de dólares).

Particularmente las exportaciones manufactureras de la industria automotriz tuvieron un crecimiento importante del 14.3 por ciento, al llegar a $188,903 mil millones de dólares, que además representan el 32 por ciento del total de exportaciones. Este incremento en la exportación del sector automotriz contribuyó a contrarrestar la caída en las exportaciones petroleras que fueron del 14.8 por ciento, aunque estas solo representan el 5.6 por ciento del total de exportaciones con $33,218.6 mil millones de dólares.

En segundo lugar, está el crecimiento del consumo privado que para el mes de noviembre y con respecto al 2022 creció un 5.8 por ciento. En relación con el tipo de consumo destaca el consumo de bienes duraderos que tuvo un crecimiento en el mismo periodo del 14.5 por ciento, esto también nos explica de manera parcial el por qué la inflación se ha mantenido alta, pues las familias mexicanas están saliendo a la calle a comprar bienes y servicios.

En tercer lugar, tenemos a la inversión fija o Formación Bruta de Capital Fijo como lo registra el INEGI, como principal motor que ha empujado el crecimiento de nuestra economía. La FBCF tuvo un crecimiento en noviembre del 2023 respecto al año previo del 20.1 por ciento (cifras desestacionalizadas) y se destaca que la construcción total tuvo un crecimiento del 21.4 por ciento, particularmente la construcción no residencial tuvo un crecimiento en el mismo periodo del 35.1 por ciento, esto incluye construcción de naves industriales y comerciales, plazas comerciales, y por supuesto los megaproyectos de Dos Bocas, el Tren Maya y el del Istmo.

En este sentido, es importante separar la inversión privada total de la pública. La FBCF privada tuvo un crecimiento del 20.4 por ciento, mientras que la pública fue del 19.8 por ciento. Este nivel de crecimiento no es poca cosa, el tener un crecimiento de esta magnitud en un año, creo que es una de las razones que explican principalmente la aceleración de nuestro PIB.

Y en este año que terminó se vio claramente la mano del sector público en temas de construcción como parte de la inversión pública, pues el crecimiento de la construcción del sector público fue casi del 24 por ciento, mientras que el crecimiento en la construcción en el sector privado fue de 19.7 por ciento, nada mal tampoco.

En conclusión, creo que los motores principales de crecimiento del 2023 fueron, principalmente, el incremento en la inversión tanto del sector público como privado, principalmente en el sector construcción, y en segundo lugar, pero no menos importante están las exportaciones automotrices.

Es importante aclarar que la FBCF representa cerca de un 18 por ciento del PIB de México, mientras que nuestras exportaciones representan alrededor del 27 por ciento; por lo tanto, aunque el cambio porcentual haya sido menor en las exportaciones, su participación en el PIB es mayor que lo que representa la Formación Bruta de Capital Fijo.

Ahora bien, eso fue el pasado, ¿qué se espera para este 2024? De acuerdo con las expectativas de especialistas en economía del sector privado, en el último reporte que publica el Banco de México, se espera que la economía mexicana crezca alrededor del 2.3 por ciento, es normal esperar una desaceleración después del crecimiento del año pasado, para mantener el ritmo del año pasado tendríamos que mantener un ritmo al menos igual y preferentemente superior en la inversión tanto pública como privada y en las exportaciones. Siendo año electoral y considerando la incertidumbre política que este hecho genera, sería realmente difícil mantener ese ritmo.

En este sentido, y a pesar de que en términos generales para el contexto económico se ve un panorama relativamente favorable para este año en nuestro país, no deja de haber riesgos que siguen limitando nuestra capacidad de crecimiento y de manera más importante, nuestra capacidad de construir de manera sólida, las condiciones para lograr un crecimiento sostenido y equilibrado.

De acuerdo con esta última encuesta de Banxico a especialistas en economía del sector privado, se identifican cinco principales riesgos que podrían limitar el crecimiento en México para el 2024. En primer lugar, está la inseguridad con el 22 por ciento de las menciones, la ausencia de cambios estructurales con el 11 por ciento de las menciones, la incertidumbre política con el 10 por ciento, la falta de un estado de derecho con 8 y finalmente la corrupción con 7 por ciento de las menciones.

Pero si quitamos el tema de “ausencia de cambios estructurales” claramente nos quedan temas que dependen de la responsabilidad del Estado, estas son: inseguridad, incertidumbre política, falta de estado de derecho y corrupción, y éstos hacen la mayoría de los riesgos que se ven para este año.

Estos riesgos ya coartaban nuestra capacidad de lograr un crecimiento sostenible y equilibrado desde hace 12 años, y aún no se ven acciones claras que busquen hacerles frente. Quiero pensar que ahora que las candidatas y los candidatos presidenciales están preparando sus plataformas de campaña, deberán pensar seriamente en resolver estos riesgos.