El Barcelona de Lamine Yamal vence al Alavés (1-3)
El Barcelona tuvo ante el Alavés (puede ver aquí el minuto a minuto y la ficha del partido) lo que le ha faltado durante gran parte del curso: precisión en el remate. Si se adelantó 0-2 fue porque las que tuvo las mandó para dentro, mientras que el esforzado conjunto local, haciendo méritos, se quedaba en el "uy". Le costaba al conjunto de Xavi generar ocasiones hasta que Pedri limpió una jugada con un pase rápido a De Jong y apareció algo de espacio, que Gündogan convirtió en una asistencia a Lewandowski para que el polaco resolviera con un toque sutil por alto. Al comienzo de la segunda parte, Pedri "paró" el reloj unos segundos, suficiente para que llegara Gündogan y ponerle un balón elevado que el alemán remató sin dejarla caer.
Parecía un encuentro cómodo desde ahí para los azulgrana, pero con este equipo nunca se sabe. Ya estuvo a punto de protagonizar una de sus salidas al campo sin haber despertado de la siesta, pues Sola se coló a la espalda dos veces en poco más de un minuto. En la primera Cubarsí le hizo penalti, pero la acción no valía por fuera de juego previo. En la segunda, su centro lo tuvo que despejar Araujo. No fueron las únicas oportunidades de los locales. Antes del descanso Guridi ya tuvo otra, clarísima de cabeza, pero se encontró con la gran parada de Iñaki Peña, y Samu, protagonista de una gran batalla con los centrales, no dejó de intentarlo.
No había encajado mal el equipo local el primer tanto, se recuperó. Y mejor todavía lo hizo del segundo, pues al minuto a Sola le salió la buena tras marcharse de Héctor Fort y de De Jong para centrar con el exterior y que Samu por fin acertara con un buen cabezazo.
El tercer gran remate de la noche barcelonista lo protagonizó Vitor Roque nada más salir, lo mismo que en la pasada jornada, aunque poco después fue expulsado por dos amarillas. Una roja exagerada.
Se le volvía a complicar el partido al Barcelona y aparte del esfuerzo del Alavés para seguir apretando y del buen trabajo defensivo de los catalanes, que sufrieron menos con diez jugadores, el hombre del partido fue Lamine Yamal. Estuvo en el origen del segundo y el tercer gol de su equipo con las carreras al espacio, pero además dio una demostración de lo que es tener personalidad en el verde. Tiene 16 años, pero no paró de pedir la pelota, de ofrecerse y de hacer pasar un mal rato a Javi López, Guevara o quien se pusiera por delante.
Agarraba el balón el canterano y no sabían como pararlo. Atraía rivales, paraba, arrancaba, volvía a parar y salía por la izquierda o por la derecha. Fue un desahogo para sus compañeros, que sabían que por ahí iban a encontrar una vía de escape cuando apretaba el Alavés. La desgracia de la lesión de Raphinha ha tenido como contrapartida ver que Lamine crece y crece, y todavía es un adolescente. Ganó el Barcelona y van dos de dos desde que Xavi anunció que en junio se va.