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Февраль
2024

¿Y los legisladores suplentes?

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Votar es expresar una opinión. No hay que dejarse llevar por partidos, porque en todos los partidos hay imbéciles. Hay que elegir a las personas.

Jorge Ibargüengoitia

¡Arriba la democracia! (I) “Instrucciones para vivir en México”.

En la que será la elección más grande para México en su intrincada historia democrática cobra relevancia la elección del Congreso de la Unión. La autocracia del palacio que busca madurar su “plan C” se está topando con la reserva de conciencia democrática ciudadana para que la república prevalezca y para hacerlo sólo podrá reanimando los contrapesos en el Legislativo.

Más de cuatro quintas partes de los actuales diputados federales han levantado la mano para ejercer su derecho de reelección (hasta tres veces). En el Senado que sólo tiene derecho a una reelección para no padecer senadores entronizados por décadas como en Estados Unidos, poco más de 80 de los 128 senadores la buscarán. Entre querer y poder existe una brecha que estará en disputa.

Si 628 escaños federales aguardan destino en el voto ante una descomunal batalla por el poder, más que el debate de modelos de nación, los próximos 500 diputados federales suplentes y 128 senadores suplentes son otra batalla interna del maltrecho sistema de partidos. Citando al clásico “es un tema muy serio para dejárselo a los partidos” y más peligroso al narcotráfico y crimen organizado.

Las dirigencias partidarias que han decaído en camarillas se niegan a registrar que ni siquiera el 10% del padrón electoral es militante en alguna fuerza política. El padrón de partidos políticos identifica que poco más de 6.1 millones de ciudadanos tiene militancia en alguna agrupación. Ni Morena que se consolidó como el nuevo “partido de masas” tiene como militante al 10% que lo votó en el 2018 para ganar la presidencia de la república.

Las suplencias se han dado para que además de cubrir un requisito constitucional se privilegie el juego interno de grupos, corrientes y facciones de poder. Es normal y es muestra de lo que es la política como negociación de espacios, agendas y alguna vez causas. Ante una crisis de confianza de los partidos y ante un vacío de cuadros políticos profesionales ¿las suplencias serán para los mismos de siempre, consentidos de las dirigencias o compromisos personalísimos de figuras? La pregunta es para los dos grandes competidores, porque si algo ha demostrado la bancada oficialista, con honrosas excepciones, ha sido insolvencia profesional y republicana mientras que la oposición, también con excepciones de liderazgos identificados y contados, no ha logrado consolidar mayor confianza ciudadana en sus grupos parlamentarios.

Un suplente no es la sombra del propietario sino acompañamiento para encauzar proyectos, monitorear la vida legislativa y calibrar su quehacer orgánico para que en caso de ser llamado a la curul no salga con “¿qué podré hacer?”. Un suplente comprometido es tan valioso como un legislador propietario con agenda y proyecto.

Entre 1997 y 2018 en que prevalecieron los gobiernos divididos y que transitaron miles de legisladores de todas las fuerzas políticas o sin partido ¿cuántos tienen reconocimiento por su debate, ideas y contribuciones a la gobernabilidad democrática?

El germen para lograr una clase dirigente que resguarde los baluartes republicanos transita por el entrenamiento parlamentario y la figura de los suplentes es vital para un verdadera inclusión y oxigenación democrática. Los congresos estatales donde se renovarán 31 legislaturas tienen ese pendiente. Adolfo López Mateos fue senador suplente de Isidro Fabela y de sobra el resultado. El controversial Fernando Gutiérrez Barrios por su inesperado fallecimiento, al escaño llegó su suplente sin pena ni gloria. El abuso de suplentes en el penoso caso de las “juanitas” enfrentó un retroceso. Si los partidos de oposición sólo buscan salvar a los suyos será una contundente muestra de que no escucharon la exigencia de una mayor democracia para todos. En esos ejemplos, legisladores suplentes responsables son necesarios para enfrentar a la autocracia y posicionar a la democracia representativa.

Juan-Pablo Calderón Patiño

@balajucapitan