Condenado a prisión permanente revisable por matar a su hijo de 11 años para provocar «el mayor dolor de los imaginables» a la madre

«Lo cogí del cuello y le clavé el cuchillo varias veces» . La Audiencia Provincial de Valencia ha impuesto la pena de prisión permanente revisable para al asesino confeso de su hijo de 11 años en la localidad de Sueca. El menor había enviado un mensaje poco antes a su madre para que fuera a recogerlo a casa de su padre, con quien estaba celebrando su cumpleaños. A las 14.14 horas, el acusado permitió que su hijo cogiera la llamada de la progenitora al móvil para que escuchara sus gritos mientras lo acuchillaba. Un jurado popular declaró culpable de un delito de asesinato a José Antonio A. , quien asestó hasta 27 cuchilladas al pequeño para «el mayor dolor de todos los imaginables». La sentencia de la Audiencia Provincial le condena ahora a la máxima condena contemplada en el Código Penal, conforme reclamaba la familia de las víctimas , por un delito de asesinato hiperagravado, con alevosía y ensañamiento, sobre una persona menor de 16 años, y con las circunstancias agravantes de parentesco y de discriminación por razón de género, en concurso ideal con un delito de lesiones psíquicas. La Audiencia también le impone una prohibición de comunicarse y acercars e a su exmujer a menos de dos kilómetros de distancia por un tiempo de diez años, una vez salga de la cárcel. Además, cuando cumpla la condena permanecerá durante estos diez años en régimen de libertad vigilada. Acumulación de penas por otros delitos Además de por el asesinato del pequeño Jordi , la Audiencia le impone otro dos años años y cuatro meses de cárcel por el delito de maltrato psíquico y físico habitual a la que fuera su mujer. Por otro delito de maltrato otros diez meses y diez días de prisión. MÁS INFORMACIÓN noticia No El parricida de Sueca, culpable de asesinar a su hijo de 11 años: lo hizo para causar «el mayor dolor» a la madre Y por las amenazas dos años más de cárcel y el destierro de la localidad valenciana de Cullera durante un periodo de cinco años. Por último, por el delito continuado de quebrantamiento de condena se le imponen otros diez meses más.