Sumar presiona a Montero y reclama más impuestos a la enseñanza privada, las herencias y la cadena alimentaria
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El acuerdo entre Sumar y el PSOE para la investidura de Pedro Sánchez recogía expresamente que «impulsaremos una reforma global del sistema fiscal español para mejorar su progresividad y acortar la brecha de ingresos sobre el PIB respecto a la media europea (46% del PIB) al final de la legislatura» y que «dicha reforma estará orientada a lograr que contribuyan más quienes hoy se esfuerzan menos (grandes empresas y patrimonios y rentas del capital, principalmente) y quienes incumplen con sus obligaciones tributarias». El portavoz de Sumar en la Comisión de Hacienda y nuevo gurú económico de Yolanda Díaz, Carlos Martín Urriza, ha empezado este jueves a concretar en qué considera su formación que debe concretarse ese compromiso, que exigirá a su juicio subidas de impuestos para la enseñanza privada, las grandes herencias y la cadena alimentaria . Sumar aspira a sacar adelante en estos Presupuestos una de las medidas que Podemos no fue capaz de concretar en la pasada legislatura, pese a su insistencia en solicitarlo: la liquidación de la exención en el IVA de la que disfruta la enseñanza privada . La plataforma que lidera la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, defiende que los servicios educativos prestados por actores privados estén gravados con el tipo impositivo general del 21%, una maniobra que según las estimaciones realizadas en su día por la Autoridad Fiscal aportaría unos ingresos extra cercanos a los 1.700 millones de euros. La medida no sólo afectaría a los centros educativos de gestión privada, sino también a centros de formación o autoescuelas. Martín Urriza ha revelado también que Sumar planteará bien en la negociación presupuestaria o bien en la de la reforma de la financiación autonómica la ampliación del gravamen de solidaridad más allá de los grandes patrimonios, para garantizar que las herencias y las donaciones de mayor cuantía se sometan a tributación con independencia del territorio donde se produzcan. Otra propuesta es la configuración de lo que el portavoz económico de Sumar ha definido como un impuesto inteligente sobre la cadena del sector alimentario, cuya singular operativa sometería a tributación cualquier margen en cualquier punto de la cadena que superara los que había en el año 2019. Según ha explicado Martín Urriza, se aplicaría un tipo del 1,6% siempre que ese margen estuviera por encima de la referencia de 2019 y tuviera una tendencia decreciente, y del 0,6% si superara ese umbral pero su tendencia fuera decreciente. Su probable impacto sobre el precio de los alimentos hace complicada su aplicación real. Más allá de eso, Sumar respalda la conversión en permanentes de los gravámenes sobre la banca y las energéticas; confía en que el Gobierno avance en la equiparación de los tipos fiscales en el IRPF entre las rentas del capital y las rentas del ahorro, y planteará que los alquileres que se sitúen por encima de los precios de referencia de los inmuebles no tengan acceso a las bonificaciones fiscales en el IRPF previstas para los alquileres.