Un sueño desvanecido
No hay mal que por bien no venga. Algo así pensaran aquellos que quieran sacar de lo negativo, algo positivo. El Girona puso mucha ilusión en un torneo que puso punto y final en Mallorca, lugar dónde los de Míchel confiaban en un triunfo que les llevara a unas semifinales históricas. Los primeros 35 minutos bastaron para volver a la cruda realidad.