Casi 1.000 días sin colegio: "La ONU no hace nada por las niñas afganas"
"No estáis solas". Ese es el mensaje que la enviada de Naciones Unidas para Afganistán, Roza Otunbayeva, ha lanzado este miércoles a las niñas y mujeres afganas a quienes los talibanes siguen sin permitir ir a la escuela. El mensaje no puede sonar más hueco cuando se compara con la realidad: la educación superior lleva 890 días cerrada para las estudiantes afganas.
Las palabras de la representante de la ONU "son solo una formalidad", se lamenta en declaraciones a Efe la activista social Nahid Noori. "Hace más de dos años que la comunidad internacional y Naciones Unidas no hacen nada para mover a los talibanes a reconocer los derechos islámicos y humanitarios de las niñas", añade.
A pesar de las bienintencionadas palabras de los representantes internacionales, lo cierto es que los activistas y defensores de los derechos de las mujeres siguen criticando la falta de presión real a los talibanes por el organismo internacional.
Otunbayeva llamó este miércoles a las afganas a seguir luchando por el derecho a la educación de las mujeres en Afganistán ante la prohibición impuesta por los talibanes. "En Afganistán, la educación para todos, niños y niñas, mujeres y hombres es más que un derecho fundamental. Es la fundación para el futuro de Afganistán", dijo Otunbayeva con motivo del Día Internacional de la Educación.
"Sabed que no estáis solas"
La enviada de la ONU llamó a las afganas a continuar reclamando sus derechos a los talibanes, que se hicieron con el poder en Afganistán en agosto de 2021 y desde entonces han impuesto un veto a la educación superior femenina.
"Por favor, sabed que no estáis solas, la ONU está con vosotras en solidaridad", dijo, antes de subrayar que la cuestión es relevante para Occidente pero también para los países musulmanes.
Desde que se hicieron con el control de Kabul en 2021, y pese a las promesas de cambio con respecto a su régimen anterior, entre 1996 y 2001, los fundamentalistas han aplicado un goteo incesante de restricciones contra la vida de las afganas, apartándolas casi por completo de la vida pública.
La afganas son las únicas mujeres en el mundo que tienen vetada la educación secundaria y superior, según la ONU, a lo que se suman prohibiciones como la de no poder trabajar en puestos de la ONU, ir a salones de belleza o la segregación por sexos en lugares públicos, la imposición del velo y la obligación de ir acompañadas por un familiar masculino en trayectos largos, entre otros.