Extremadura: el valor de la autenticidad «extraordinaria»
Sorprender al viajero no resulta sencillo, pero lo cierto es que Extremadura lo consigue, y con matrícula de honor. Parte del mérito reside en su esencia, en el carácter extraordinario de la sencillez y de la autenticidad que rezuma por los cuatro costados. Si a esa autenticidad del destino se suma un sector turístico volcado para agasajar al viajero y sumergirle en esta tierra, el desenlace resulta redondo. Y así es como se presenta estos días Extremadura en la Feria Internacional de Turismo, como un destino «extraordinario» donde el prefijo «extra» remarca su calidad, tamaño, cultura, naturaleza, gastronomía, deporte, ocio y alma rural, una oferta «algo superior a lo normal» para hacer de este territorio la alternativa a los destinos de playa y a las grandes ciudades.
Hace tiempo que viajar se convirtió una necesidad, necesidad que la pandemia demostró que puede resultar una sanadora actividad, sobre todo cuando se opta por destinos tranquilos, donde la calidad de vida, el aire puro y la calma son los protagonistas. Y eso es lo que ofrece Extremadura, aunque a todo ello se añade, además, historia, arte, tradiciones, cultura, naturaleza, gastronomía... Poco más se puede pedir...
Bajo un clima agradable gran parte del año, Extremadura nos invita a vivir al aire libre, a disfrutar de cada centímetro de su territorio de una manera auténtica. Y para ello cuenta con fiestas ancestrales en las que el viajero siempre es bienvenido, como la matanza de Llerena, los carnavales de la capital pacense o la Batalla de la Albuera, en la provincia de Badajoz, o «Los Empalaos» de Valverde de la Vera, el Chíviri de Trujillo o el emocionante Día de la Luz, en Arroyo de la Luz, donde los jinetes, ataviados de trajes muy vistosos, hacen correr a los caballos a la velocidad de la luz, en honor de su patrona, todos ellos en la provincia de Cáceres.
Esa tradición se enraíza en un escenario natural único, con paisajes que quitan el hipo, como el espectacular Parque Nacional de Monfragüe, el Meandro del Melero, en Las Hurdes, o el espléndido valle del Jerte, con sus inconfundibles cereros en flor, sin pasar por alto la peculiaridad de La Siberia o la impoluta dehesa.
Esas estampas de naturaleza están salpicadas de pueblos con encanto, cargados de historia y cultura, como el impertérrito Mérida –la Roma extremeña–, el inconfundible Jerez de los Caballeros, la elegante y animada ciudad de Cáceres, la histórica localidad de Trujillo –cuna de conquistadores–, la fascinante ciudad de Plasencia o el coqueto pueblo de Alcántara –santo y seña de la audacia romana–, sin olvidar la grandiosidad de Guadalupe, uno de los pueblos más bonitos de España.
Entre visita y visita, las vías verdes nos invitan a disfrutar del camino, un camino en el que no falta el agua porque, a pesar de lo que pueda parecer, Extremadura es un paraíso de agua dulce con más de 50 zonas de baño, nueve banderas azules y 1.500 km de costa interior. De hecho, de norte a sur de la región nos topamos con 17 paisajes de agua protagonizados por cascadas, gargantas, meandros y formas curiosas de la naturaleza que no dejan indiferente.
Para mostrar todos estos atributos, Extremadura llega a Fitur con un estand más grande que el año pasado, hasta alcanzar una superficie total de 980 metros cuadrados que se han distribuido en tres grandes espacios: una zona de conocimiento, otra de sinergias y la última de experiencias.
Destino experiencial
No podía ser de otro modo, ya que si algo caracteriza a Extremadura es ser un destino experiencial, de esos que dejan huella en el viajero. Por ello, la zona de experiencias ofrece píldoras de conocimiento con charlas de entre 10 y 15 minutos, dirigidas a los profesionales del turismo extremeño, en tendencias como la observación de aves y estrellas, digitalización o turismo accesible. Además, también acoge demostraciones gastronómicas y degustaciones de productos de calidad certificada como el jamón ibérico, el queso, el aceite de oliva y el vino.
Durante el fin de semana cobrará protagonismo la oferta extraordinaria de música, moda y gastronomía, con novedades como la recreación de una batalla de la Guerra de la Independencia y un desfile del Carnaval de Badajoz compuesto por más de cincuenta personas.