La Justicia alienta a Trump

La secretaria de Estado de Maine, Shenna Bellows, decidió prohibirle al expresidente Donald Trump presentarse en las primarias republicanas de dicho Estado. El argumento jurídico se fundamenta en los hechos ocurridos el 6 de enero de 2021 y por los cuales el magnate exmandatario está acusado de violar la Constitución.

Las encuestas demuestran que la ventaja de Trump por encima del resto de competidores republicanos oscila el 40%. De esos que apoyan a Trump, la mayoría se encuentra desencantado con el sistema político; muchos desconfían en las instituciones. En consecuencia, esta decisión hará que los fanáticos del expresidente se movilicen con mayor fuerza a su favor. Por ejemplo, un trumpista de Ohio o Florida que dudaba si votar o no, encontrará en la indignación el impulso para hacerlo.

Lo que hace la justicia de Maine es insuflar el activismo en el resto de los Estados. En este mismo sentido, la acción judicial le da argumentos al propio expresidente de Estados Unidos para ratificar que no hay independencia de poderes en su país; una frase discutible, pero que ciertamente este hecho lo carga de credibilidad.

Lo mejor que pueden hacer los demócratas y los jueces anti Trump es dejarle correr para que sean sus errores y exabruptos lo que provoque su estancamiento. Aunque la ley debe imperar, también es cierto que los fenómenos políticos, y Trump sigue siendo uno, suelen ser síntomas de algo que ocurre en la dimensión social de un país, algo inevitable que también debe ser administrado con prudencia; precisamente para evitar una crisis a futuro que empeore el sistema democrático. Cerrarle las puertas a Trump podría activar una bomba de tiempo que termine siendo contraproducente para la democracia norteamericana.