Djokovic sufre para superar en cuatro horas al joven Prizmic en la primera ronda del Open de Australia
Novak Djokovic pasó un mal rato para superar la primera ronda del Open de Australia, torneo en el que es el favorito absoluto, que ha ganado en diez ocasiones y en el que no pierde desde 2018. El joven croata Dino Prizmic se convirtió en un problema que amenazó de verdad al rey de Melbourne durante tres horas, para venirse un poco abajo sólo en el arranque del cuarto set y ceder por 6-2, 6-7 (5/7), 6-3 y 6-4. El duelo se fue a las cuatro horas y un minuto.
Los apuros del número uno del mundo quedaron reflejados en sus gestos. Recurrió a todo el catálogo: la mano a la oreja para desafiar al público, las conversaciones con su palco, el grito enloquecido cuando conquistó el tercer set... Todos esos estímulos que busca fuera de la pista cuando dentro no le están funcionando las cosas como quiere. Lo que en otro jugador puede ser sinónimo de que está fuera del encuentro, en su caso le ayuda a enfocarse todavía más en el juego.
El grito, la liberación, fue porque en ese tercer set es donde estuvo de verdad el partido. Después de igualar el encuentro, Prizmic apretó de verdad y tuteó al ganador de 24 Grand Slams. Remontó un 2-0 y llegó a ponerse 2-3 y break en un juego que duró quince minutos. Le aguantaba los intercambios, le desesperaba, le hacía fallar, sobre todo por el lado de la derecha. Cada juego era una batalla, pero de nuevo Nole volvió a sacar lo mejor de sí mismo cuando el partido se volvía más complicado. Es un especialista en situaciones límite. Donde los demás tiemblan, él suele subir el nivel y además le sale, como por ejemplo arriesgando con segundos saques que iban a la línea. La situación límite llegó con 3-3 y 15-40 para el croata en ese tercer parcial, dos pelotas de break que le colocaban a dos juegos de ponerse 2-1. Las solucionó Novak y a partir de ahí se convirtió en el dueño del encuentro. Sumó siete juegos consecutivos para llevarse ese set y dejar el cuarto y definitivo en el bolsillo.
Tuvo media hora de muchísimo nivel el serbio, redujo los fallos, apretó con el revés y empezó a conquistar la red para cerrar los puntos ahí. Prizmic no es que se rindiera, lo siguió intentando, pero mentalmente se el partido se empezaba a hacer un mundo. Sus posibilidades pasaban por ponerse dos sets a uno arriba, pero al ser 2-1 abajo, perdió un rato la concentración y lo que unos minutos antes eran golpes ganadores, se convertían en tiros fuera. Todavía haría un último intento, cuando pasó de 4-0 a 4-3 en el cuarto set. Nole no le dejó ir más allá, aunque necesitó siete pelotas definitivas para cerrar el encuentro. Aprovechó la tercera con su saque después de que su rival salvara cuatro al servicio y dos al resto. Fue un partido del que el croata debe sacar muy buenas conclusiones. Es el ganador del último Roland Garros junior, pero en torneos ATP apenas había disputado nueve encuentros (tres victorias y seis derrotas). En Australia tuvo que pasar la fase previa y después se atrevió a jugar de tú a tú al mejor tenista del mundo durante un buen rato, con sus 18 años.