El secreto que esconde el monumento a los Tercios españoles que tendrá Madrid en 2025
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El monumento a los Tercios españoles continúa su inexorable camino hasta el corazón de la capital. Y este viernes ha llegado a su ecuador con la fundición de la segunda de las cuatro figuras del grupo escultórico que diseñó el pintor de batallas Augusto Ferrer-Dalmau hace poco más de un año y están haciendo realidad las manos de Salvador Amaya. «Tras el capitán, la primera figura, hemos disfrutado del nacimiento en bronce del piquero, que es, además, el soldado más representativo de estas unidades», afirma a ABC el mismo escultor. Y vaya si lleva razón, pues sobre los hombros de estos soldados reposaba el peso de la batalla; eran, en esencia, la columna vertebral de las legiones de la Monarquía hispánica. A la cita, que Amaya ha calificado como el paso definitivo hacia el monumento, han acudido una infinidad de autoridades de la ' Fundación Arte e Historia Ferrer-Dalmau' , una de las impulsoras del proyecto junto a otras entidades como la ' Asociación 31 Enero Tercios' . Entre ellas se han contado su presidente, don Pedro de Borbón-Dos Sicilias y Orleans , el mismo pintor de batallas y el vicepresidente de relaciones institucionales, el general de ejército Fernando Alejandre Martínez . Todos ellos han disfrutado del paso a bronce de las últimas piezas del piquero. «Ya solo queda soldar las diferentes secciones. En un proceso parecido al del montaje de un submarino», bromea Amaya. Noticia Relacionada estandar Si Ferrer-Dalmau y JM Nieto redibujan el milagro de los Tercios españoles en 1585: vea aquí la viñeta exclusiva Manuel P. Villatoro El viñetista de ABC presenta una nueva versión de uno de los cuadros más famosos del pintor de batallas El escultor se ha mostrado orgulloso de su nueva obra, y no es para menos, pues ha dedicado una infinidad de horas a investigar desde la vestimenta de los soldados de la época, hasta las medidas exactas del arma. «He variado los bocetos iniciales para que fueran históricamente precisos. El piquero cuenta ahora con un morrión sin cresta, unos pantalones más anchos y una camisa con mangas estrechas. Era así cómo iban vestidos entre 1620 y 1625, la época que representa el monumento», desvela Amaya. El padre de la obra afirma que está tranquilo, pues ha contado con el asesoramiento del experto en armas blancas del Museo del Ejército en Toledo, Germán Dueñas, y el recreador histórico Santiago de la Peña; ambos, miembros del grupo La Camarada. Amaya nos desvela además los secretos del escultor. Entre ellos, los retos que ha afrontado durante el medio año que le ha llevado dar vida al piquero: «Uno ha sido la pica, que medirá 6,80 metros y se dividirá en tres secciones unidas por unos tacos de acero para afianzarla». El segundo ha sido moldear un rostro fiable a nivel histórico. «Me he basado en los retratos de legionarios en activo, los herederos de los Tercios », completa. Ese ha sido su particular homenaje a la infantería española; la misma que dominó los campos de batalla europeos durante tres siglos. Ahora, las diferentes patas que han colaborado en la creación del proyecto miran hacia un futuro esperanzador. «Ya está en proceso la tercera figura, el arcabucero. La idea es que el proyecto esté terminado en la primavera de 2025. Es un hecho, Madrid tendrá un monumento a los Tercios», finaliza Amaya. Tres preguntas a Salvador Amaya -¿Cuál es el detalle histórico del que más orgulloso se siente de esta figura? El casco. Decidir qué prenda le cubriría la cabeza me llevó alguna que otra visita a los almacenes del Museo del Ejército. No quería que fuera una borgoñota como la que lleva el capitán, ni tampoco un morrión típicamente italiano. Finalmente opté por el morrión sin cresta. Pero quizá la mayor novedad fue el picado de la camisa, una moda habitual en la época y que podríamos asemejarla a alguna actual. Se trataba de hacer unos cortes en la prenda (camisa o pantalón), lo cual le aportaba mayor distinción. Digamos que era como una chulería; una especie de 'quiero y puedo permitírmelo'. -La espada del capitán guarda muchos secretos... Está fabricada con las medidas homologadas de la época, que sería el equivalente a cinco cuartos de vara de Castilla como máximo, algo más de un metro desde el filo hasta la empuñadura. Estas longitudes se regulaban para que ningún oponente tuviera ventaja sobre el otro y ambos lucharan en igualdad de condiciones. En el caso del capitán, la espada es una ropera de lazo de tres puentes. Finalización de la primera figura, el capitan S.A. -¿Cómo es el proceso de fundición de una figura? Es largo, laborioso y requiere de muchos procesos intermedios. El proceso empieza una vez terminada la escultura en barro; se le hacen los moldes en silicona y escayola y se envía a la fundición. Una vez allí, con los moldes se hace una reproducción en cera de la escultura. Digamos que los moldes son un negativo y la cera, un positivado. Una vez que tenemos las piezas de la escultura en cera, se cubren con tierras refractarias y se introducen en un horno a 1.400 grados durante varios días hasta que la cera se ha derretido por completo. Este proceso deja un espacio, donde antes había cera, que se rellena con bronce líquido. Se deja enfriar, se comprueba que las piezas han salido bien, se sueldan, se repasan y se patinan. El proceso en sí es totalmente artesanal, no intervienen maquinas en él y se lleva realizando así desde que el ser humano creó la primera escultura en bronce, pero si que se emplean últimas tecnologías metalúrgicas relacionadas sobre todo con materiales que respeten la mano del artista