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Январь
2024

Boeing atraviesa crisis por la seguridad y calidad de sus aviones

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Boeing atraviesa crisis por la seguridad y calidad de sus aviones

Los pasajeros del vuelo 1282 de AlaskaAirlines fueron sometidosa la aterradora experiencia dever cómo se desprendía una piezadel avión 737 Max 9 en el queviajaban. Un panel que cubría una salida deemergencia, que no se utiliza, se desprendió mientras el avión volaba a alrededor de16 mil pies de altura.Las imágenes filmadas por personas a bordo del avión mostraron un enorme agujero allado de una fila de asientos. Dave Calhoun,director ejecutivo de Boeing, dijo que lo único que podía pensar era en “la persona quese suponía que estaba en el asiento al ladode ese agujero” cuando vio las imágenes.“Tengo hijos, tengo nietos y tú también. Estoimporta. Cada detalle importa”, comentó.Sorprendentemente, no había nadie sentado al lado de esa puerta, por lo que no hubovíctimas, ni heridas graves entre los 171 pasajeros y seis tripulantes. Solo un niño, que seencontraba cerca, sufrió que le succionaranla camisa cuando el avión perdió presión.Pudo haber sido mucho peor.Las acciones de Boeing han caído más de 9 por cientodesde el incidente. La Administración Federal de Aviación de Estados Unidos (FAA, porsus siglas en inglés), dejó en tierra 171 aviones del Boeing 737 Max 9 el sábado pasadopara garantizar la seguridad de los pasajeros.“La seguridad del público que vuela, no lavelocidad, determinará el cronograma paraque el Boeing 737-9 Max vuelva a estar enservicio”, dijo el organismo.La empresa se encuentra en “un momentode mucha ansiedad” con sus clientes, que requiere transparencia corporativa, dijo DaveCalhoun en una reunión que se transmitióa todos los empleados de Boeing en el mundo.El directivo dijo que la compañía reconoce“su error”. Según extractos compartidos porla empresa aeroespacial, Dave Calhoun señaló: “Vamos a trabajar con la Junta Nacionalde Seguridad en el Transporte (NTSB, porsus siglas en inglés) que está investigando elaccidente para averiguar cuál es la causa….Confío en cada paso que den”.No es probable que se conozca la causaprecisa del accidente antes de que los inspectores de seguridad completen su investigación. Pero ya sea que concluyan que estoes culpa de un proveedor de Boeing o deninguno de ellos, es un duro golpe para lareputación de la compañía aeroespacial, enun momento en el que parece estar tambaleándose de un incidente a otro.Las piezas sueltasEl incidente aéreo plantea dudas sobre si lacompañía realmente logró superar los problemas de calidad y producción que se dierona conocer después de los accidentes fatales de losaviones 737 Max 8: uno en Indonesia enoctubre de 2018 y otro en Etiopía en marzode 2019. En conjunto, en los dos accidentesmurieron 346 personas que viajaban a bordode los dos vuelos y llevó a que los aviones dela compañía quedaran en tierra durante 20meses, lo que le costó más de 21 mil millonesde dólares (mdd) a Boeing.En abril del año pasado, Boeing anunció que su proveedor y antigua filial, SpiritAeroSystems, instaló incorrectamente dosaccesorios en el fuselaje de ciertos modelosdel 737 Max, algo que retrasó las entregas deaviones a sus clientes. En agosto, reveló queSpirit perforó incorrectamente agujeros en laparte trasera de los fuselajes de los aviones,lo que provocó más retrasos. Y en diciembre,pidió a los inspectores que buscaran pernossueltos que pudieran estar haciendo ruido enlos sistemas de control del timón.Al mismo tiempo, Boeing le pedía a la FAA,que eximiera a su variante más nueva del 737, elMax 7 más pequeño, de ciertas normas deseguridad sobre los sistemas anticongelanteshasta mayo de 2026, para permitirle comenzarlas entregas de los aviones.Boeing insiste en que la solución se instalará en toda la flota. Pero incluso si este noes un tema de seguridad crítico, no es unabuena imagen que una compañía, con la historia reciente de Boeing, solicite exencionesa los criterios de seguridad para poder sacarun avión de la fábrica rápidamente.Muchos en la industria creen que unaatención exagerada en las finanzas y la rentabilidad de los accionistas a expensas de laexperiencia en ingeniería condujo al desastre del Max 8. El director ejecutivo, DavidCalhoun, formó parte del equipo que lideróesa estrategia, como director del Consejode Administración desde 2009. Su remuneración ya alcanzó los 65 millones de dólares en compensación e incentivos totales desde que asumióel cargo en 2020, prometiendo estabilizar lacompañía y hacer que el Max vuelva a volar,mejorar la ingeniería y recuperar la confianzade inversionistas y clientes.Los problemas de calidadNo hace mucho que Boeing tenía una reputación inigualable. “If it’s not Boeing, I’m notgoing” (“Si no es Boeing, no voy”), solía seruna expresión de confianza entre los pasajeros y las tripulaciones de las aerolíneas.Antes del incidente del avión 737 Max9 el viernes pasado, las acciones de Boeingincluso parecían estar avanzando con la esperanza de mejorar las entregas, aunquetodavía cotizaban por debajo del nivel en elque se encontraban cuando Calhoun asumióel mando. Sin embargo, es difícil ver qué másse ha logrado en cinco años, mientras su rival Airbus sigue adelante. En casi todos susproductos, Boeing ha encontrado retrasos,sobrecostos y problemas de producción.Los problemas de control de calidad deBoeing no se limitan a su unidad de aviones comerciales. Muchas de sus aereonavesmilitares también han tenido problemas decalidad que obligaron a la empresa a asumir grandes cargos contra sus ganancias. Elperfil más alto de esos problemas incluye lareconfiguración de dos nuevas aeronaves 747para ser los próximos aviones presidencialesAir Force One. Boeing reveló más de 2 mil millones de dólaresen pérdidas solo en esos dos modelos.Los problemas de entrega y producciónhan hecho que la compañía reporte soloun trimestre rentable desde 2019 (más de100 mil millones de dólares en ingresos), y no está clarocuándo volverá a reportar ganancias anuales.El hecho de que Boeing y Airbus sean lasdos únicas grandes compañías de aviaciónmundial significa que Boeing probablementeno tenga que preocuparse por verse obligada a cerrar el negocio, sin importar cuánextensos sean sus errores. Ninguna de lascompañías pudo satisfacer toda la demandade aviones y ambas tienen una acumulación depedidos que se remonta a años atrás.Pero los problemas han hecho que Boeingsiga quedando cada vez más por detrás deAirbus. La empresa estadounidense tuvo queposponer los planes para su avión de próximageneración, conocido como Boeing 797, unavión de tamaño mediano y larga distanciapara competir con el Airbus A321XLR. Además retrasó los planes para comenzar la producción de la próxima versión del 777, el777X, que originalmente debía comenzara entregarse a los clientes a finales del añopasado. Ahora Boeing no entregará el primer777X hasta al menos 2025.¿Una reputación perdida?No es fácil decir cuándo empezaron a cambiarlas cosas en Boeing. Muchas de las decisionesque se tomaron sugieren que la cultura enlos niveles superiores no cambió en el gradonecesario. Calhoun se niega a considerar invertir pronto en un nuevo avión para competir con el popular A321 de Airbus. Tambiénparece que da señales de tener preferenciapor el cabildeo sobre la ingeniería al trasladarla sede corporativa lejos de sus raíces en elnoroeste del Pacífico, primero a Chicago en2001 y luego a Arlington, Virginia en 2022,cerca del Pentágono y de Washington D.C.Más recientemente, abolió la función deestrategia corporativa de Boeing, dejándolaen su lugar en manos de divisiones individuales. Como señala Richard Aboulafia deAeroDynamic Advisory: “Un departamentode estrategia asigna capital escaso entre lasdemandas de las unidades de negocios quecompiten (que siempre quieren más de loque les corresponde)”. Y los recursos sonescasos. Nick Cunningham, de Agency Partners, estima una deuda neta de 38 mil 900 millones de dólares.Por último, el reciente nombramiento deStephanie Pope, exjefa de Boeing Global Services, como directora de operaciones generóespeculaciones de que Calhoun, de 66 años,está preparando su sucesión. Sin embargo,la mayor parte de la carrera de Pope ha sidocomo responsable financiero. Lo que la compañía realmente necesita ahora no es otrolíder que pueda enfocarse en reducir costos,sino uno con las agallas para asumir riesgos.Esto requerirá una comprensión profunday un compromiso con el complejo negociode fabricación de alto valor que es, internamente y en toda la cadena de suministro,crucial para cualquier cultura enfocada en laseguridad. También necesita una estrategiacomercial audaz para involucrar a los ingenieros y recuperar participación de mercadoque tiene Airbus. Porque incluso si se culpa alos proveedores de los incidentes recientes,a los pasajeros no les importará.Si la seguridad de los aviones estáen duda, Boeing y, en última instancia, su CEO tendrán la culpa.Con información de Claire Busheyy Sylvia Pfeifer.DJR