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Январь
2024

Desconcierto en la UCR: desorganización, dogmatismo y dudas sobre las intenciones de Milei

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Desconcierto en la UCR: desorganización, dogmatismo y dudas sobre las intenciones de Milei

Los radicales están dispuestos a colaborar para que la ley ómnibus salga, pero aseguran que no hay una "mesa de diálogo" y están sorprendidos por la actitud del oficialismo. Temen ser usados como "chivo expiatorio" en una eventual crisis económica.

En la UCR están desconcertados. Desde que la Ley de bases y puntos de partida para la libertad de los argentinos desembarcó en la Cámara de Diputados, el bloque que lidera Rodrigo de Loredo se muestra dispuesto a acompañar a la Libertad Avanza en su megaproyecto, siempre y cuando, acepte hacerle algunas modificaciones. 

Pese a la predisposición que los radicales muestran en público y en privado, aseguran que no existe una mesa de diálogo, que prima la desorganización y que el presidente Javier Milei se arroga como propias las propuestas que ellos hacen públicamente, para evitar que parezca que "cedió" ante los planteos de la oposición.

Hay una serie de puntos que los radicales no están dispuestos a votar. Por caso, la delegación de facultades y la declaración de 11 emergencias tal cual están plasmadas en el proyecto. Tampoco dejarán pasar la suspensión de la fórmula previsional para que los ajustes de haberes queden a discreción del Poder Ejecutivo. Por eso, le piden a Milei que incluya una fórmula alternativa a la actual que, coinciden con el jefe de Estado, perjudica a los jubilados.

Asimismo, los radicales se oponen a la suba de retenciones de las economías regionales -están analizando contrapropuestas- y también rechazan la autorización para estatizar 41 empresas estatales "a sola firma" del Presidente. "YPF y el Banco Nación no son objeto de privatización", subrayaron desde la bancada que reúne a 34 legisladores. 

Por último, en la UCR ponen reparos en torno a la reforma electoral que establece, entre otros ítems, la eliminación de las PASO y la supresión de la "boleta sábana". "No es un tema que haya que discutir ahora", dicen en el partido centenario.

Todos estos reparos, a los que se podrían sumar otros con el correr de los días, quedaron plasmados en un documento que están diseñando desde la Secretaría Parlamentaria del bloque, que encabeza el exdiputado Alejandro Cacace. Él es el encargado de recibir los planteos, modificaciones, críticas y reparos que hacen los diputados en torno a la letra chica del megaproyecto y las va plasmando en el documento que fue bautizado como "semáforo".

¿El motivo de ese nombre? Los radicales están "semaforizando" la ley. Es decir, clasifican en color rojo los ítems (como los antes mencionados) que de ninguna manera acompañarán. En amarillo, aquellos que consideran que deben ser "pulidos" ya sea porque están mal redactados, tienen algún tipo de error material o mejorarían de alguna manera. Y, en verde, aquellos puntos que acompañan de lleno y que, en la mayoría de los casos, tienen que ver con la desregularización de la economía.

El bloque radical comenzó a trabajar en tándem con los otros dos bloques que se muestran dispuestos a colaborar con el oficialismo y que adoptaron una estrategia similar: el PRO y Hacemos Coalición Federal. Con ambos espacios tienen un pasado en común. Casi todos ellos formaron parte del ahora exJuntos por el Cambio. Quizás por eso mismo es que, como dijo uno de los radicales que trabaja en la armonización de los semáforos, le resultó "sorprendente" el número de coincidencias que tienen.

Del Congreso a los medios de comunicación

El objetivo que se pusieron las tres bancadas, que vienen reuniéndose entre sí y a la vez por separado con Martín Menem, presidente de la Cámara, para hacerles llegar sus planteos, es encontrar un mínimo común denominador.

Es decir, podar todo aquello que para los bloques "del medio" es una "pavada" o "inadmisible" y dejar aquellos artículos que tanto la UCR como el PRO, Hacemos Córdoba Federal y La Libertad Avanza estén dispuestos a votar favorablemente en el recinto. Así, el megaproyecto se garantizaría la media sanción y podría ser girado al Senado.

Pero lo cierto es que, pese al trabajo que vienen haciendo los bloques opositores, no recibieron, hasta ahora, respuesta alguna por parte del oficialismo. Más bien, lo contrario. Plantean que "la lógica parlamentaria se trasladó a los medios de comunicación".

Lo describen de la siguiente manera: "Las cosas que decimos en público y que ven que tienen asidero, en vez de concedernos los cambios en el ámbito parlamentario, lo sacan de manera unilateral". 

Bullrich aseguró que el país va a ir a una "explosión" si la ley ómnibus no avanza.

Lo mismo les ocurre cuando les hacen llegar esos planteos a Menem, quien actúa de enlace entre el Congreso y Casa Rosada. Ya les paso, por caso, con el artículo que prohibía las reuniones de más de tres personas: la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, llegó al plenario de comisiones en donde se debate el proyecto y avisó que el Ejecutivo había definido sacar ese punto. "Parecen que son decisiones del Presidente cuando en realidad son nuestros planteos", dijo un diputado radical.

A esto se le suman las declaraciones del presidente Javier Milei, quien acusa de "coimeros" a los legisladores que "demoran" el debate parlamentario, así como también los dichos de Luis Caputo, ministro de Economía, quien aseguró que de no sancionarse la ley, "las medidas van a ser más duras y los argentinos van a sufrirlas más". En igual sentido se expresó Bullrich, al decir que el país va a ir a una "explosión" si el texto no avanza.

Desorganización

"Estamos todos preocupados", dijeron desde la bancada en donde se mostraron dispuestos a llevar el semáforo, "con la mejor de la vocación", a quien La Libertad Avanza disponga.

"Menem tiene buena voluntad, pero hay desorganización en las terminales", dijeron desde la UCR y explicaron que más allá de los diálogos que mantienen con el riojano no existe una mesa de diálogo en donde puedan plantear los cambios que le harían a la ley y recibir una respuesta concreta.

"Esta dinámica complica el trabajo parlamentario", aseguraron altas fuentes radicales que al mismo tiempo se muestran sorprendidos por los esfuerzos que hace el oficialismo para no reconocer que "ceden" ni "negocian" con la oposición. 

"No entendemos ese dogmatismo", dijo uno de los popes radicales, ante un Gobierno que se encarga de comunicar que, en todo caso, aceptarán "sugerencias" para "mejorar" el proyecto. Sobre todo cuando fueron tan pragmáticos a la hora de llenar los casilleros del Gabinete.

La incertidumbre es aún mayor si se tiene en cuenta que el oficialismo tiene apenas 38 diputados y requiere de 129 para poder sesionar. Es decir, necesita tender puentes con la oposición.

Por todo esto, los radicales se preguntan si el oficialismo verdaderamente quiere sacar la ley ómnibus o si está utilizando al Congreso como "chivo expiatorio" a quien echarle la culpa en caso de que la economía se desmadre.