El imperio que nunca se marchó de América
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Cuando los primeros españoles llegaron a América, incapaces de entender las lenguas indígenas, llamaron a las cosas con nombres y conceptos familiares para su forma de entender el mundo. Denominaron a los templos locales mezquitas, a los ídolos locales ermitas y a las poblaciones desordenadas, villas. Era su manera de convertir en cercano lo que era lejano, pero también un copioso foco de malentendidos… Y eso es precisamente lo que pasa hoy con los movimientos revisionistas y anticolonialistas que han llegado con términos y debates diseñados para definir realidades propias del mundo anglosajón y francófono, cuna de estas corrientes, sin comprender lo inútiles que son para desentrañar la complejidad de la Conquista de América. Noticias Relacionadas estandar No 'Navidad negra':... Ver Más