El mercado de valores como protagonista en la transformación de México en 2024
La autora es Directora General de BIVA.
El 2024 se perfila como un año trascendental para México, enmarcado en el inédito escenario político-electoral con dos mujeres liderando la contienda por la Presidencia de la República. Este hito no solo representa un cambio cultural profundo, sino que también influye directamente en la perspectiva de los sistemas productivos, económicos y financieros de nuestra sociedad. Simultáneamente, las elecciones presidenciales en los Estados Unidos agregarán una dimensión global a la complejidad del panorama político.
Es innegable que ambos procesos electorales generarán volatilidad en los mercados, donde los indicadores macroeconómicos estarán íntimamente ligados a las políticas adoptadas por los bancos centrales y la evolución de las cuentas públicas. Aun con esto, se prevé un crecimiento moderado en ambos lados de la frontera norte; por ejemplo, Estados Unidos tiene una expectativa de crecimiento de 1.5%, mientras que en México se estima un 2.6% al cierre de 2024. Frente a este escenario, los mercados de valores tienen la invaluable oportunidad de impulsar el fortalecimiento empresarial, catalizando, por ende, el crecimiento y desarrollo económico, situando a México para un momento clave de su historia.
En general, los analistas concuerdan en que las perspectivas económicas de México para 2024 son positivas, mejorando sus niveles de confianza, y con estabilidad cambiaria. El empleo formal continuará su fortalecimiento, mientras que el consumo seguirá siendo resistente, impulsado principalmente por la política de aumento a los salarios reales fomentada por esta administración, así como el factor de la inversión pública, que históricamente presenta un crecimiento importante en el último año de los sexenios.
Además, el fenómeno del nearshoring se erige en el horizonte como una oportunidad estratégica capaz de moldear significativamente nuestro futuro. El mercado de valores juega un papel fundamental al estar llamado a desempeñar un papel protagónico en el financiamiento necesario para dotar a nuestro país de la infraestructura esencial que le permitirá capitalizar plenamente los beneficios del nearshoring.
En este sentido y para aprovechar esta gran oportunidad, el gremio bursátil junto con las autoridades hacendarias, impulsaron una reforma a la Ley del Mercado de Valores, la cual allana el camino para que el régimen simplificado propuesto se convierta en una alternativa viable para las empresas que buscan financiamiento a través del mercado.
Estoy convencida de que el desafío para este 2024 está en consolidar la democratización del mercado de valores en México. La implementación de la regulación secundaria de la reciente reforma permitirá a más empresas, especialmente a las pequeñas y medianas, evaluar la posibilidad de financiarse mediante instrumentos bursátiles en lugar de depender exclusivamente de créditos en el mercado de contrapartes. Basta con observar la expectativa de crecimiento de la India que se prevé de un 6.7% para este año y que es quien más integrada tiene a las Pymes en su mercado bursátil.
De la misma manera, en el mercado mexicano tenemos el reto de impulsar la inversión sostenible. A nivel mundial, la lucha contra el cambio climático ha llevado a una transformación en los modelos de negocios y producción, con empresas adoptando procesos sustentables y reduciendo emisiones de CO2. Los inversionistas, a su vez, buscan empresas que, además de ofrecer rendimientos atractivos, sigan criterios ambientales, sociales y de gobernanza (ASG). La emisión de bonos verdes, sustentables y de responsabilidad social también han capturado el interés de los inversionistas, consolidando al sector bursátil como una pieza clave en el tablero de inversiones sostenibles; este 2024, se pondrán a prueba los avances en materia regulatoria, implementación tecnológica y de adopción de criterios ASG. La llegada de Ofertas Públicas Iniciales (OPIs) dependerá de la decisión de los empresarios y fondos de capital privado, quienes deberán buscar una valuación acorde a sus necesidades y mejorar los perfiles financieros de las empresas, enfocándose en eficiencia, rentabilidad y crecimiento sostenible.
En este año crucial, el mercado de valores emerge como un protagonista indiscutible en la transformación de México. Su papel se extiende más allá del horizonte financiero, abrazando la oportunidad de forjar un futuro más robusto y sostenible para nuestra nación. Al liderar la tecnología e innovación en el sector bursatil, democratización de las inversiones y fomentar la inversión sostenible, en BIVA miramos hacia el futuro con optimismo, anticipando con entusiasmo nuevas oportunidades para crecer y prosperar, no solo como una bolsa de valores, sino como un motor del desarrollo económico y la sostenibilidad en nuestro país.