El clima, la nueva pandemia que nos encerrará
Europa: el frío extremo, los fuertes vientos y la nieve causaron afectaciones en Suecia, Finlandia, Rusia y Dinamarca, donde el registro de las bajas temperaturas ha superado el récord de -40 C y se espera que continúen disminuyendo. En tanto, las lluvias provocadas por las primeras tormentas del año provocaron en Alemania, Francia y Holanda anegaciones y los desbordamientos de ríos.
América: las altas temperaturas en Brasil los últimos días de diciembre batieron el récord de 58.5°C en Guaratiba y 42.6°C en Río de Janeiro. En México, el huracán Otis fue el fenómeno más agresivo de la historia, destruyendo el puerto de Acapulco y dejando un saldo de 52 muertes. En el verano vivimos calor extremo (canícula) que dejó 44 muertos, mientras en Arizona el termómetro marcó en el desierto por primera vez en 45 °C durante casi un mes.
Argentina cursa ahora un verano atípico con lluvias torrenciales que han desbordado muchos ríos y las tormentas con granizo han hecho destrozos nunca antes vistos.
El clima ataca y eso disgrega a la sociedad: estas condiciones climatológicas nos obligan y nos obligarán cada vez más a mantenernos en casa, a tener de refugio el hogar ante inclemencias climáticas extremas.
La pandemia nos enseñó que podemos ‘guardarnos’ y seguir siendo productivos, activos, generar ingresos, estudiar y tener fuentes de entretenimiento.
Las posibilidades de tener empleos híbridos (pocos días físicamente en la empresa y el resto online) son una oportunidad para encontrar en el hogar un espacio para huir del calor extremo, de tormentas o de fríos inasibles.
También salimos a comprar cada vez menos. Ayer, el departamento de análisis de BBVA revelaba que el consumo online subió 10.1% y ya “el consumo digital representa 6.7% del gasto total efectuado en terminales punto de venta, por arriba de lo registrado al inicio de la pandemia”.
El impacto futuro de este fenómeno no es novedad, sino que los cambios climáticos están en todos los mapas de riesgos del mundo (es uno de los temas centrales de la Cumbre de Davos), pero además es una tendencia que las marcas ya tienen en su pipeline creando dispositivos y soluciones para quedarnos más tiempo bajo nuestro techo.
Salir menos se nota también en el entretenimiento. Según el reporte de PwC ‘Global Entertainment & Media Outlook 2023-2027′, “las entradas de cine a nivel mundial alcanzarán los 7.200 millones en 2027, un nivel inferior al de 2019 antes de la pandemia, cuando sumó 7.900 millones de entradas”.
Las grandes productoras de cine le pusieron el signo + detrás de sus marcas para desarrollar sus propios negocios de streaming, siguiendo la ruta que abrió Netflix. Cada vez hay más contenido (series, películas, juegos) en la panza de estas grandes productoras pensando en el hogar como el principal destino del mismo.
En este aislacionismo social que impone el termómetro -y ya no un virus- está creando una cultura que algunos expertos en marketing ya llaman “el consumo egoísta” y han sabido aprovechar las marcas de tecnología y los conglomerados de lujo como LVMH, que mostraron los mayores crecimientos en ventas durante y sobre todo después de superada la pandemia.
Por ejemplo, Apple desarrolló la televisión del futuro: el Vision Pro. Un visor de realidad aumentada que incluye pantallas de alta definición frente a cada ojo, lo que eleva la calidad de disfrute de películas o eventos deportivos.
Pero es una escafandra individual, un dispositivo de aislamiento personal.
El futuro nos encontrará mucho más enraizados a nuestra casa. El fenómeno ya comenzó.