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Январь
2024

Pablo Medina, politólogo: “Las cárceles en el Ecuador han sido prácticamente cedidas al control de los narcotraficantes”

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El politólogo y profesor de la Universidad San Francisco de Quito, Pablo Medina Pérez, abordó la crisis de seguridad que vive Ecuador tras la serie de ataques perpetrados por grupos del crimen organizado a nivel nacional.

En conversación con Radio y Diario Universidad de Chile, el académico afirmó que los hechos se caracterizaron por “actos de violencia en ciudades que tradicionalmente no están en el cinturón de tráfico de drogas, sobre todo en las ciudades de la Sierra, de la montaña en Ecuador, entre ellas, Quito. Entonces, estos atentados son novedosos y se salen de control y, finalmente, culminan el con un secuestro a periodistas en una transmisión en vivo, esto marca creo que un antes y un después”.

“El día de hoy amanecen muy tensas, pero un poco más tranquilas las ciudades de la Sierra sobre todo porque creo que, en efecto, las consecuencias de esta declaratoria -tanto por parte del Estado como por estos grupos de delincuencia organizada- probablemente se va a sentir mucho más en las provincias de la costa. Ahora no podemos descartar que justamente por esto se derrame, por ejemplo, a Quito que es la capital del país”, sostuvo.

¿Cuál es el detonante de estos hechos de violencia?

El Ecuador termina el 2023 con una de las tasas de muertos por cada 100 mil habitantes más altos del continente, se ha multiplicado por cinco más o menos a partir del 2015, lo que evidentemente es un shock para la población ecuatoriana. Ahora esto, también hay que contextualizarlo porque está muy focalizado territorialmente y, más allá de las cifras, esta violencia fundamentalmente se focaliza en los lugares que tienen que ver con los canales de comercialización de la cocaína.

Ecuador, si bien es cierto no es un país productor de cocaína, es un país de tránsito y almacenamiento y lo que hace que sea un país muy importante en la cadena de comercialización es el segundo puerto más importante de exportación de cocaína hacia Estados Unidos, hacia Europa y más recientemente hacia el sur de América e, incluso, hacia el mercado de Asia-Pacífico.

¿Por qué la violencia ahora y no antes?

El narcotráfico está presente en el Ecuador desde los años 70′, se intensifica muchísimo después del año 2000 por la dolarización, que disminuye la capacidad de control del flujo de activos dentro del sistema financiero ecuatoriano. En otros países hay un control por el cambio, es decir, si uno va a Chile, por ejemplo, con un millón de dólares y lo quiero gastar, no lo puedo gastar en un millón de dólares, tengo que convertirlo a pesos y ahí el Estado puede controlar de dónde saque ese millón de dólares.

En el caso ecuatoriano, si uno llega con un millón de dólares lo puede gastar y ya, entonces, eso hace que sea un país atractivo, por una parte, por su localización geográfica, por los puertos que tiene, por la debilidad del Estado de controlar esos puertos y, además, por la facilidad de lavar dinero.

Al mismo tiempo esta política de lucha contra el narcotráfico enfocado en los cabecillas de las bandas ha demostrado históricamente ser un problema. De hecho, Colombia lo vivió en los años 80′ y 90′ y lo que ocurre es que cuando uno quita al jefe de la banda se genera un vacío de poder que es disputado por varias otras personas.

Las cárceles en el Ecuador han sido prácticamente cedidas al control de los narcotraficantes y se ha convertido en cuarteles generales de los narcotraficantes

¿Coincide en que esta crisis está ad portas de una guerra civil?

En el Ecuador no tenemos una parte de la sociedad en contra de otra parte de la sociedad, tenemos grupos de delincuencia organizada muy poderosos, muy bien financiados y muy bien armados que están operando y que defienden sus negocios y un Estado que intenta recuperar el control sobre los territorios que estas personas manejan y suprimir estos actos delincuenciales.

Entonces, tenemos una situación agravada de crimen, una situación agravada de mafias y si es que uno quiere de ahí pasar a esta lógica de guerra civil de dos partes de la población, civiles enfrentados los unos contra los otros, me parece que no es exacto y más bien políticamente se puede utilizar el término, pero es absolutamente fuera de la realidad actual del Ecuador.

Hay voces que señalan que la respuesta ha sido tardía…

Más que tarde es insuficiente, es muy superficial la reacción porque uno podría decir ‘no han llegado tarde teóricamente, el Presidente Lasso, que fue el presidente que culminó hace poco su mandato, declaró varios estados de excepción a nivel nacional con toques de queda, con Fuerzas Armadas en las calles.

No solo eso es necesario, necesitas trabajar sobre la infiltración de las bandas criminales. Por ejemplo, en el aparato de justicia, porque si la policía reacciona, captura a las bandas, todo esto se procesa en un sistema de justicia que también está corrompido y si no está corrompido, está coaccionado. Los jueces tienen hijos, tienen familia, donde les dicen ‘mira, si tu fallo es de tal manera, sabemos dónde está tu familia’.

No se ha trabajado en la política. El sistema político ecuatoriano es un sistema que permite la entrada fácil de personas nuevas. De hecho, en la última elección de ocho candidatos, siete no tenían partido político ¿Por qué eso es un problema? Porque cuando el narcotráfico quiere cooptar las instituciones puede poner un candidato fácilmente.

¿Esta situación podría replicarse en otros países del Cono Sur? En respuesta a la crisis de seguridad, en Chile se plantea adoptar el estado de excepción nacional.

Hay países que tienen capacidades mucho mayores que el Ecuador de responder, sobre todo que no han sido tan desgastadas, porque en el caso del Ecuador quizá la capacidad de respuesta era muy buena hace 15 años y hoy después de 15 años ya no, está agotada.

Tenemos que ser muy honestos con esto, por duro que sea el problema una vez que uno expone a las fuerzas del orden al narco, más tarde o más temprano el narco las coacciona y creo que el ejemplo más brutal que tenemos de esto es México, que expuso a sus Fuerzas Armadas y con el tiempo, en el caso mexicano tiene una particularidad la Armada y la Marina están separadas del resto de fuerzas, tuvo que sacar a la Marina porque el Ejército ahí estaba corrompido.

Nosotros estamos poniendo todo el peso de la reacción en Fuerzas Armadas, el tema es que esa es nuestra última línea de defensa, si es que las Fuerzas Armadas son coaccionadas después de eso ya no hay nada más. Entonces, por eso que hay que cuidar mucho a las FF.AA y no exponerlas al crimen organizado.