Café sostenible y progreso social
0
Tran Thi Lien es una caficultora que hace de agricultora líder y representa a más de cien granjeros de las tierras altas del centro de Vietnam. Desde hace unos años aplica conocimientos científicos y técnicas de agrosilvicultura como el intercropping que le permiten incrementar tanto el rendimiento como el beneficio de las cosechas de su pequeña finca. Apoyada por el proyecto internacional Nescafé Plan —que aparte de las ventajas científicas, técnicas y sociales garantiza que el productor percibe un precio justo por su mercancía—, ya ha conseguido suficientes ahorros como para abrir por primera vez una cuenta bancaria e incluso para hacer realidad uno de sus mayores sueños: enviar a sus hijos a la universidad. Además, Tran nos explica con satisfacción que un gran número de trabajadores de estas fincas han superado ya el umbral de la pobreza y trabajan y viven en condiciones muy dignas. Si el precio de café baja, los caficultores que representa esta mujer tienen otros recursos de ingresos al combinar varios cultivos, como el durián o la pimienta, y gracias a este modelo de explotación, la reactivación de los ecosistemas naturales y la gestión de la recuperación de la salud del suelo de las fincas cafetaleras, están avanzando en eficiencia hídrica y en modelos que les permiten mitigar el impacto del cambio climático a través de la agricultura regenerativa. Antes de encontrarnos con Tran y con otros agricultores y técnicos, hemos volado desde España hasta Ho Chi Minh City (Saigón), la ciudad más poblada del país, para conocer en profundidad las últimas tendencias en 'agroforestry'. Vietnam era en los años 90 uno de los países más pobres del mundo pero desde 2010 progresa en la reducción de la pobreza —del 17% al 5%; más de 10 millones de personas han dejado de ser pobres, según el Banco Mundial—. Hoy, mientras que el 80% de los profesionales del mundo que se dedican al cultivo de café vive por debajo o justo en el umbral de la pobreza, en Vietnam, ésta es una actividad que, por fin, aporta beneficios no sólo económicos, sino también sociales. Y es que el café es la segunda mercancía más comercializada del mundo tras el petróleo. Y Vietnam el segundo productor tras Brasil. La demanda de cafés sostenibles y de comercio justo lleva desde antes de la pandemia en máximos históricos. Tanto las firmas que compran la materia prima como los consumidores ya son conscientes de que cultivar, transformar y beber café 'responsable' no sólo son decisiones corporativas y de consumo éticas, sino que fomentan el desarrollo local. Los mercados de café certificado (orgánico, café justo, rainforest y bird friendly…) están creciendo a un ritmo mucho mayor que los mercados tradicionales y ofrecen precios más altos y estables. El recrudecimiento de la guerra de Vietnam, activa desde 1955, paralizó buena parte de la actividad cafetera en la región de Buôn Ma Thuột (Central Highlands), donde se concentraban casi todos los cafetales. Los habitantes huyeron, quedando gran parte de la región despoblada y los campos abandonados. En 1986, el Partido Comunista decidió un cambio de estrategia y diseñó una gran reforma, 'Doi Moi', basada en el modelo chino. Decidió comenzar a exportar café a gran escala. Las granjas colectivas desaparecieron y florecieron medio millón de pequeñas propiedades. Desde los Noventa, la producción se incrementó un 30% por año. La rápida expansión estos cultivos en las Central Highlands afianzó a Vietnam como mayor productor mundial de café robusta y de pimienta negra —en los seis primeros meses de 2023, Vietnam exportó más 4.300 toneladas de pimienta a la Unión Europea; hace tres décadas, menos del 0,1% de la producción global de café procedía de Vietnam, y hoy, el 70% del café robusta que se vende y compra en el mercado internacional es vietnamita—. Sólo estos dos cultivos mantienen, directa e indirectamente, a más de un millón de personas, pero a pesar de ello, ésta continúa siendo una región pobre en la que conviven más de 40 grupos étnicos marginados y, según informes de la FAO, el casi imperceptible efecto de las medidas del Gobierno y es insuficiente para revertir esta situación. Es por ello que la acción como generadores de empleo, productores y exportadores, y la vocación formativa y sociolaboral sobre el terreno de compañías como Nestlé, Pepsico y otros gigantes que operan en Indochina resulte vital para que, al tiempo que se arraiga la población al territorio, se reduzcan las diferencias sociales y se consiga ir cerrando la brecha social en el sureste asiático. «Conocíamos el problema social, en cuya resolución ya trabajamos desde 2010, pero el gran problema actual es que este motor económico y elemento transformador del país, el café, está seriamente amenazado por el cambio climático. Patrones inusuales de temperatura, variaciones en los ciclos de lluvias y otros efectos del calentamiento global provocaron peores cosechas y fomentaron plagas y enfermedades. Así lo explica —mientras describe las peculiaridades varias explotaciones agrosilvícolas— el director global de Desarrollo de Café Verde de Nestlé, Marcelo Burity, quien advierte que «a largo plazo, si no hacemos nada, la superficie agrícola en la que se podrá plantar café disminuirá de forma exponencial». «Como acción de choque, lo que tenemos que hacer es aplicar el conocimiento científico para conseguir, de forma sostenible y sin esquilmar la tierra, que cada cafetal produzca mucho más y, si es posible, de más calidad», sentencia Burity, quien además ejerce como portavoz global de Nescafé Plan, forma parte de un selecto equipo internacional de expertos y directivos de Nestlé que han viajado a finales de 2023 hasta Ho Chi Minh City desde todos los lugares del mundo para atender sobre el terreno a la prensa especializada. Phillipe Navratil, director global del Negocio de Café de Nestlé y Estrategia de Marca de Nescafé terabithia Cafetales resilientes y acción social La ciencia genética, la agricultura regenerativa y las prácticas sostenibles e hídricamente responsables están demostrando en Vietnam que son una buena estrategia, con vocación mundial. «Aumentar la resiliencia de los productores al cambio climático a través de la agricultura regenerativa es muy útil para salvaguardar los rendimientos y la calidad del café», expone en la misma finca Phillipe Navratil, director global del Negocio de Café de Nestlé y Estrategia de Marca de Nescafé: «Este modelo productivo es fundamental para asegurar la estabilidad financiera de los granjeros. Su bienestar y progreso está en el corazón de nuestro negocio y es el alma de cada taza de café soluble que se consume en el mundo —prosigue—. En España, por ejemplo, hay ya mucho interés por saber qué marcas hacen según qué cosas. Y hemos comprobado que el consumidor cada vez las tiene más en cuenta a la hora de elegir. Me gusta decir que una taza de Nescafé puede marcar la diferencia, que quien consuma nuestro producto sienta que detrás hay un trabajo en el campo, con la gente, cuidando a las comunidades y el medio ambiente. Éste es un trabajo constante y la inversión en sostenibilidad en Viertnam va a seguir creciendo año tras año. Esto no es negociable para Nestlé. Nuestros proveedores perciben un precio más justo, pero es que, además, el respeto de los derechos humanos y la protección de la infancia en nuestra cadena de suministro están intactos». Estas prácticas agrícolas priorizan la salud del suelo, la eficiencia de los recursos y la conciencia ambiental, pero con el foco en la prosperidad del productor para obtener equilibrio entre conservación, lucha contra el cambio climático y sostenibilidad ambiental con producción comercial, rentabilidad y viabilidad de los negocios locales. Para ello es básico extender la 'agroforestry' (agrosilvicultura) y el intercropping (cultivos intercalados), lo cual contribuye a preservar la biodiversidad. «Conviene ir sustituyendo árboles de café viejos por variedades resistentes a las enfermedades y al cambio climático para rejuvenecer las explotaciones e incrementar el rendimiento de los productores —prosigue Burity—. Los ecosistemas con más especies son más estables, más resistentes a perturbaciones y tienen mayor capacidad de recuperarse y seguir brindándonos sus servicios ambientales. «Invertimos año tras año en prácticas regenerativas. Trabajamos sobre el terreno para explicar a los caficultores, especialmente a los 'farmers' referentes de cada comunidad, que esta fórmula funciona, para que ellos mismos sirvan de ejemplo y se lo trasladen al resto de cosecheros. Nuestro objetivo es ser sostenibles —y que ellos lo sean— y así, con la misma superficie de terreno, producir más café; y resembrar con plantas seleccionadas genéticamente, porque a medida que las plantas envejecen se empobrece todo el sistema. Terreno para cultivar es lo que nos falta y si no actuamos de este modo, siendo más eficientes, nos encontraremos con que en unas décadas no habrá café, y el que haya será mucho más caro…», explica Navratil, quien asegura que el 20% de la producción comprada por Nestlé procederá de agricultura regenerativa en 2025 y alcanzará el 50% en 2030. Intercropping y suelos saludables En estas explotaciones está funcionando perfectamente el 'intercropping', el cultivo cruzado, a modo de simbiosis no invasiva de otras especies con el café, para que sirvan de fertilizante orgánico, reguladores hídricos, impidan que los nematodos ataquen a las raíces y ofrezcan otros servicios ecosistémicos. El café es el cultivo que más rendimiento ofrece a los agricultores, pero otros como aguacate, pimienta, durián, nuez de betel... son productos que se pagan muy bien y diversifican el riesgo. El café proporciona sombra a la pimienta, lo que ayuda a mantener la humedad del suelo y, junto con otros árboles de sombra, son el hábitat ideal para depredadores naturales de las plagas de la pimienta, lo que reduce la necesidad de pesticidas. Las principales áreas de cultivo se concentran en las regiones centrales de Cầu Đất, Núi Min, Trạm Hành y muy especialmente en ésta que visitamos un reducido grupo de periodistas ambientales internacionales, Buôn Ma Thuột (provincia de Dak Lak), conocida como el gran granero o la metrópoli del café vietnamita, territorio líder de la producción de la variedad robusta a nivel mundial. Tras la desaparición de las granjas colectivizadas y tras la apuesta de la República Socialista por el cultivo de café a finales de los 80, se produjo un éxodo de población hacia la zona central del país, especialmente hacia Buôn Ma Thuột. Más de tres millones de personas de todas partes del país llegaron hasta al Altiplano Central y pusieron en marcha pequeñas plantaciones de poco más de 0,4 hectáreas por caficultor. Actualmente, la mayoría de las fincas siguen siendo pequeñas y medianas, de entre una y 50 hectáreas. Esta expansión de las prácticas de monocultivo intensivo perjudicó en principio a las tradicionales prácticas agrosilvícolas, si bien la población rural mantuvo los cultivos en los bosques como sistema agrícola de subsistencia y como generador de ingresos extra y de alimento en los huertos familiares. La 'agroforestry', al igual que en la mayor parte de la península de Indochina, diversifica y sustenta la producción con objeto de incrementar los beneficios económicos, sociales y ambientales de los usuarios. Sigue siendo una práctica tradicional aunque varía en formas, componentes vegetales y especies para adaptarse a las diversas condiciones topográficas y climáticas. Sostenibilidad social y ambiental El interés científico se ha trasladado ya a los granjeros para que sean capaces de gestionar la recuperación del suelo y su salud hídrica. Además, este compendio de prácticas agrosilvícolas está en el origen de la agricultura regenerativa, que ha incorporado fórmulas para que el modelo sea social y ambientalmente sostenible, contribuya a fortalecer la resiliencia de los cultivos frente al calentamiento global y reactive los ecosistemas naturales que tan dañados resultaron por el napalm y otras bombas incendiarias, así como por hidrocarburos, fósforo y otros contaminantes químicos durante la Guerra de Vietnam. No obstante, los problemas ya se habían acumulado en este país antes de que el cambio climático agravara la situación. La realidad a finales del siglo XX era que los sectores del café y la pimienta negra en las Highlands se habían deteriorado sin que nadie pareciera poder o querer evitarlo y, bien por el desconocimiento de los cultivadores bien por los efectos de una gestión agrícola ineficaz (adición indebida y excesiva de fertilizantes minerales, inefieciencia de los regadíos, uso poco controlado de pesticidas sintéticos, falta de recursos económicos de los granjeros por culpa de la especulación en los mercados internacionales, etc.), árboles del café y plantas de pimienta morían en cantidades significativas. Primero, hace varias décadas —por falta de información y formación—, se habían establecido zonas de producción en terrenos inadecuados cuya rentabilidad era nula y, además, esta expansión incontrolada del café y la pimienta al albur de un supuesto boom económico que no llegó a producirse había provocado aún más desforestación en un país cuya flora ya había sido devastada durante décadas. Llovía sobre mojado y la biodiversidad sería la siguiente víctima. Desde el WASI se investiga la selección genética de las semillas y la clonación para obtener plantas de café más resistentes al calentamiento global adrien bessac Ciencia y nueva agricultura Precisamente el centro de investigación agroforestal Western Highlands Agriculture & Forestry Science Institute (WASI) es el socio científico de Nestlé. Colaboran en programas de apoyo a la replantación y producción sostenible de para ofrecer a los agricultores una variedad robusta de más alta calidad, cuyas semillas se seleccionan y cultivan primero en el laboratorio y luego se cuidan en las 'cofee nurseries' (viveros) para analizar su evolución. Ubicado en Tinh Đắk Lắk (Buôn Ma Thuột). El trabajo sigue en marcha: ampliar el logro de haber conseguido plantar 74 millones de una variante más resistente a las lombrices de tierra y a la sequía, que además duplica el rendimiento. Nos reciben los especialistas en botánica en un edificio mixto que rezuma el sabor escolástico de los años Cincuenta. Además de la selección natural se utiliza la polinización cruzada, en la que el material genético de la oosfera procede de otra flor o, en el mejor de los casos, de una flor que es de otra planta, lo cual ofrece más diversidad genética y prepara a las plantas para adaptarse mejor a cada medio natural o a colonizar nuevos ecosistemas. El equipo de WASI investiga cómo cultivar, seleccionar y clonar plantas de de café que sean más resistentes a las plagas microbianas, a las lombrices de tierra y a diversas enfermedades para obtener plantones que sean capaces de irse adaptando al calentamiento global. Y lo hacen con técnicas revolucionarias, pero basadas en el conocimiento ancestral. Por ejemplo, tomando la raíz de una planta que resiste a los nematodos o absorbe mejor el agua e injertándola una parte aérea, de otra planta clónica, que haya demostrado mayor producción de flor o mejor calidad de fruto, No se trata de manipulación genética, sino de simple selección natural, algo similar a las técnicas utilizadas, por ejemplo, para la obtención de rosales de diferentes colores y tamaños o bien resistentes al frío o al calor extremo. Nestlé avanza también en sostenibilidad con el trabajo desarrollado en sus factorías, como la moderna Fábrica de Trị An en la provincia de Đồng Nai, cercana a Saigón, en la que entre el 60 y el 65 de las aguas residuales ya se tratan para su reutilización en el procesamiento de café. Todos los posos de café y el resto de biomasa, como los residuos orgánicos procedentes de las cáscaras, se aprovechan como combustible para proporcionar energía 'limpia' a la propia factoría e incluso las cenizas de las calderas se tratan y se comercializan externamente como materia prima para producir ladrillos ignífugos y refractarios, avanzando así en la política circular y 'zero waste' de la firma suiza. Desde 2015, todas las fábricas de Nestlé en Vietnam han alcanzado el objetivo 'cero residuos en los vertederos'. Proyecto Nescafé Plan El proyecto Nescafé Plan se aplica desde hace una década también en otras zonas productivas del planeta. Promueve el cultivo sostenible para impactar positivamente en la vida de los pequeños propietarios, absorber gases de efecto invernadero, proteger el agua, reducir el impacto del viento. Como resultado, en Vietnam los agricultores han reducido la cantidad de agua de riego entre un 40 y un 60% y la cantidad de pesticidas y fertilizantes químicos en un 20%. Gracias a las prácticas agrícolas sostenibles, los ingresos de los agricultores han aumentado entre un 30 y un 100 %. Nestlé ha lleva ahora este plan al siguiente nivel y ha comprometido una inversión de más de 1.000 millones de euros en el Nescafé Plan 2030. «Y nos acompañan los resultados —explica Noémi Csete, directora global de Sostenibilidad de la Unidad de Negocio de Café tras la visita a la fábrica—. El 90% de nuestro café procede de fuentes responsables y en 2025 será la totalidad. Estamos electrificando la flota. Reducimos progresivamente nuestras emisiones. Seremos 'zet zero' en 2050…» Y así lo confirman fuentes externas: después de encuestar a 70.000 trabajadores vietnamitas la empresa de estudios de mercado Anphabe anunció a finales de noviembre que Nestlé Vietnam, «un símbolo de desarrollo sostenible y un entorno laboral ideal donde cada individuo tiene oportunidad de brillar a su manera», ocupa el primer lugar del país en la categoría de empresas grandes.