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Январь
2024

Fallas tectónicas cerca de volcanes pueden generar terremotos similares al ocurrido en Cinchona hace 15 años

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Poblados como el de Cinchona, que están cerca de volcanes, son muy propensos a la devastación por terremotos como ocurrió hace 15 años en esa región. Según Marino Protti, del Ovsicori, suelos formados por cenizas volcánicas hacen que sin necesidad de magnitudes fuertes, se puedan generar daños muy graves.

El terremoto del 8 de enero de 2009, a la 1:21 p. m. en Cinchona de Alajuela, es el más devastador de Costa Rica en lo que va del presente siglo, a pesar de que su magnitud de 6,2 fue superada tres años después por el terremoto de Nicoya, que alcanzó 7,6.

Según el sismólogo Marino Protti, del Observatorio Vulcanológico y Sismológico de Costa Rica (Ovsicori), toda la cadena volcánica de nuestro país y del istmo está cruzada por sistemas activos de fallas que generan sismos de magnitud moderada. Estos, en caso de ocurrir a poca profundidad y en lugares de mucha pendiente, producen desastres, como sucedió hace 15 años en el flanco este del volcán Poás. Las pendientes y la inestabilidad del suelo formado por cenizas volcánicas hacen que ocurran aceleraciones muy fuertes, propensas a producir el mayor daño sin necesidad de magnitudes tan altas.

En fallas locales como la que originó el terremoto de Cinchona, es muy difícil que los expertos puedan monitorear el proceso de acumulación de esfuerzos, a diferencia de lo que ocurre en las zonas de subducción entre grandes placas. Por lo anterior, pueden existir otras fallas similares propensas a generar en cualquier momento ese tipo de sismos en las cercanías de algún volcán. “Son zonas con una deformación muy lenta y de pequeña superficie, lo que dificulta tener monitoreos y realizar alguna anticipación, por lo que, al igual que en el resto del país, la población siempre debe estar preparada”, dijo Protti.

Hace 15 años la comunidad de Cinchona en Alajuela, así como varios poblados cercanos, fueron golpeados por el terremoto más devastador en lo que va del siglo. Foto: Archivo. de cinchona-Foto.Manuel Vega

El terremoto de Cinchona tuvo una profundidad de 7,1 kilómetros y su epicentro estuvo 4 kilómetros al suroeste de la comunidad de Cinchona, en el límite entre Alajuela y Heredia. El movimiento telúrico dejó más de 2.000 personas damnificadas, 91 personas heridas, siete desaparecidas y 25 fallecidas, además de daños por más de ¢280.000 millones. La ruptura en la falla duró unos cinco segundos, pero la llegada de las ondas primarias y secundarias a poblados vecinos hizo que en algunos casos percibieran el sismo durante unos 40 segundos.

Este terremoto generó 1.561 desprendimientos de tierra, 132 deslizamientos y al menos 90 flujos de lodo que afectaron y destruyeron carreteras y otras estructuras públicas y privadas. Solo en enero de ese año, el Ovsicori registró más de 1.000 réplicas. Ese evento fue precedido por un sismo premonitor, con magnitud de 4,5, ubicado 4 km al noroeste de Fraijanes, Sabanilla de Alajuela. Ocurrió un día antes a las 10 a. m. y generó alrededor de 25 réplicas con magnitudes menores a 3.

El terremoto que sobrevino al día siguiente fue sentido fuerte en Fraijanes, Varablanca, San Miguel de Sarapiquí, Alajuela y en otras zonas del Valle Central. A raíz de los daños, el pueblo de Cinchona fue declarado inhabitable por la Comisión Nacional de Emergencias y 91 familias que perdieron casas, fincas y negocios fueron trasladadas a Cariblanco de Sarapiquí, al proyecto Nueva Cinchona, que queda unos ocho kilómetros al norte y les fue entregado en mayo de 2011.

Según relató Marino Protti, cuando ocurrió ese terremoto, él estaba en Punta Burica de Golfito en trabajos de campo con unos geólogos y sismólogos de la Universidad de Pensilvania, por lo que no lo sintieron, ya que a esa distancia las ondas se habían atenuado. De inmediato se devolvieron a la capital para unirse a las labores del caso.

Aunque el periodo de recurrencia, es decir, la posibilidad de que vuelva a ocurrir un terremoto de esa magnitud en la misma falla es de 100 años, la sismicidad no desaparece del todo, pues este domingo, casi a las 2 p. m., hubo un sismo en la región de ruptura del terremoto de Cinchona con magnitud 2,1, mientras que a inicios del año pasado hubo una secuencia sísmica cerca del volcán Barva.

El domingo en Nueva Cinchona, como ha sido usual a lo largo de estos años, se reunieron las familias a recordar a los seres queridos que fallecieron, así como otras actividades de convivencia en las que departieron juntas.