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Январь
2024

Eurona: los que llevan internet allí donde casi nadie quiere llevarlo

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Si hubiera que resumir de forma sucinta y simple cuál es el negocio de Eurona, se podría decir que es una compañía de telecomunicaciones que lleva internet mediante tecnología satelital a donde casi nadie lo quiere llevar, a las zonas rurales más aisladas. Hacerlo no sólo implica desafíos logísticos y operativos sino que reporta un retorno más bien modesto. Como asegura su consejero delegado, Fernando Ojeda, para ganar dinero «hay que picar mucha piedra». «Esto no es un chollo», afirma antes de añadir que, a pesar de las dificultades, Eurona empieza a hacer camino -esperan alcanzar un resultado positivo a mitad del año próximo- gracias a que están preparados para ello.

La apuesta de la compañía por este negocio les ha permitido copar el 90% del mercado, con 12.750 clientes por satélite. La mitad de ellos los han logrado gracias al impulso que han logrado con el Programa de Universalización de Infraestructuras Digitales para la Cohesión (UNICO). Desde hace dos años, la Secretaría de Estado de Telecomunicaciones ha buscado un modelo para llevar internet a entre 150.000 y 200.000 hogares y pymes sin cobertura o que la tuvieran muy escasa (por debajo de 30 megas). El Gobierno lanzó para ello un plan de fibra óptica a cuatro años vista. Pero el despliegue, sin embargo, seguía dejando sin cobertura a entre 60.000 y 80.000 puntos dispersos por toda la geografía de difícil acceso. Para llegar a ellos, el internet satelital es la mejor opción. No obstante, esta tecnología cuenta con dos barreras de entrada: el alto coste del equipo (unos 600 euros, contando la instalación) y el del propio servicio. El importe medio al que un operador satelital tendría que vender un paquete a un cliente final para que fuese rentable sería de unos 60 euros el mes, frente a los 35 que cuesta de media cualquier paquete de fibra convencional.

Apoyo estatal

Para sortear ambas barreras de entrada, que supondrían un agravio comparativo para lo usuarios de internet con esta tecnología, el Gobierno ha puesto más de 70 millones de euros encima de la mesa con los que paga los equipos y, además, subvenciona parte del coste del servicio para hacerlo competitivo. Así, las operadoras lo venden por 35 euros el mes al cliente final tras pagar previamente 16,8 euros a Hispasat, que ganó un concurso mayorista para prestar la cobertura con sus satélites.

A lomos de este programa, Eurona ha logrado ya 6.000 altas, aunque está por debajo de su objetivo. «Queríamos llegar a los 15.000 clientes a finales de año, pero como el Plan UNICO se retrasó hasta junio, no llegaremos», explica Ojeda, que añade que su meta final es «captar 40.000 de los 60.000 clientes del programa».

Ojeda cree que se trata de un objetivo factible porque, como insiste, no son muchos los que se aventuran en el negocio. Y la posible competencia que hay en su opinión está por ahora fuera de mercado. «Starlink [la constelación de satélites de Elon Musk] vende el equipo por 400 euros y tiene una cuota mensual de 65 euros», explica. Eso sí, no oculta las dificultades que supone captar a determinado tipo de cliente que vive solo o al que sólo usa esa casa fuera de la ciudad como segunda residencia.

[[QUOTE:PULL|||"Nuestro objetivo es llegar a unos 40.000 clientes del Programa UNICO"]]

Pero Eurona no sólo vive del entorno rural residencial. La compañía ofrece soluciones vía satélite para compañías como Iberdrola en varios países permitiendo que sus parques eólicos estén conectados a la red; Balearia, a la que ofrece soluciones de wifi a bordo de sus barcos; o RTVE, subiendo su señal en Asia.

El exterior es otro de los mercados a explotar por Eurona. Aunque el 65% de su facturación todavía proviene de España, la compañía tiene una fuerte implantación en Marruecos. También ha abierto brecha en Costa de Marfil, donde ha firmado varios contratos con el Gobierno; y se ha fijado como objetivo crecer en Senegal, donde acaba de obtener una licencia para empezar a operar; y en aquellos países africanos en los que sea posible. Como explica Ojeda, «en África, la conexión satelital es básica porque no tiene sentido desplegar fibra».

Aunque no es el único. Eurona también está presente en Latinoamérica, dando servicio a hoteles -en España también tienen contratos con las cadenas Derby y Majestic- y aeropuertos en zonas turísticas de México, República Dominicana, Colombia y Panamá, donde ganaron el concurso para la terminal de Tocumén. En este momento, la firma tiene contratos en siete aeropuertos que, como explica Ojeda, son rentables porque el modelo es muy ventajoso. «No pagamos canon y lo que hacemos es entregarles un porcentaje de lo que ganamos», explica.