Hace alrededor de 4.000 millones de años, el Sistema Solar era un lugar extraordinariamente violento. Restos de la reciente formación del Sol chocaban entre sí por todas partes, se fusionaban y crecían para dar lugar a los planetas, y todos se disputaban las posiciones orbitales que hoy ocupan los escasos supervivientes de aquellos tiempos convulsos. La Tierra, por supuesto, no se libró de esa época de colisiones continuas. La mayor de todas ellas fue con un candidato a planeta que ya tenía el tamaño de Marte y al que conocemos como Theia. Читать дальше...