Si un hombre de cierta edad no reconoce sus limitaciones está perdido. Conozco las mías. Por eso les confieso que me atrapa un gazpacho total cuando intento seguir el follón entre Ábalos, Koldo, Delcy, Aldama, los lingotes de oro, los hidrocarburos, el comandante picoleto chivato, Sánchez (el número 1) , Hidalgo, Begoña, la Jessi (o Yessi), las reuniones furtivas y tal y tal. Conste que soy capaz de hilar las retorcidas tramas alumbradas por David Lynch o Cronenberg, pero temo que, con el volcán chanchullero de ahora mismo... Читать дальше...