Madrid es una carrera de fondo. Mis amigos de antaño no están aquí, en el hogaño. Me queda no más el Orfidal y pasarme, tranquilo, por estas calles de Dios. No hay otra. A mí generación le han puesto un sueño y un techo imposible, y tras dar lo mejor de sí, dejan la ciudad por imposible. Peno cuando no los veo en los lugares de entonces. Peno por ellos, y por mí, en paseos que no me traen nada sino el recuerdo. Fueron mis mejores años, y venía preparado para el batallar contra cualquier impedimento que la ciudad pusiese a la juventud creadora. Читать дальше...