Después del éxito del encuentro entre las dos figuras consentidas de Dax, el 14 de agosto, llegó la cumbre al día siguiente, en gran parte gracias a la bravura de la corrida de Santiago Domecq - dos toros de vuelta al ruedo y uno de indulto - servida por las virtudes de los toreros: la conducción soberana de Perera en el primer toro, manifiesta en dos cambios de mano de libro, y el respeto por Clemente de la distancia que requería el astado para expresar su grandiosa acometividad y prestarse después a unas ligazones incansables... Читать дальше...