Noah Lyles, con el corazón en un puño y mirando a la pantalla ansioso, tardó en descubrir que era el hombre más rapido de los Juegos de París, el rey de los 100 metros, el oro más famoso del planeta. Tuvo la culpa el cronómetro, o más aún, la extraordinaria igualdad de la final del hectómetro más apretada de la historia. Solo cinco milésimas le dieron al ciclón de Florida, de 27 años, el primer título olímpico de los 100 metros para un estadounidense desde 2004. 20 años, nada menos, desde el triunfo de Jutin Gatlin... Читать дальше...