Cayetano, tremendamente dolorido por el palizón en Las Ventas, quiere torear mañana
Los milagros existen. Lo sabe el doctor Máximo García-Padrós. Lo sabe la afición de Madrid. Lo saben los ganaderos de bravo. Y lo sabe de primerísima mano Cayetano Rivera Ordóñez. Que el torero simplemente pueda contarlo sólo se explica por un manto divino. Porque la violencia con la que Estafador, el primer toro de la corrida de ayer, con el hierro del Conde de Mayalde, lo arrolló en instantes eternos y espacios infinitos, fue como para matarlo. Literalmente. Sin ambages ni medias tintas. El tendido se sobrecogió. Читать дальше...