Cuando cuento que mi hija mayor ya ha cumplido los 18 años puedo notar cómo los cerebros de quienes reciben la información comienzan a echar chispas. No porque parezca más joven de lo que soy, sino porque nos hemos acostumbrado a que lo normal, ahora, sea dejar eso de ser madres para los 40 y yo tuve a mis hijas antes de los 30. Yo, que en mi pueblo fui una de esas madres “tardías”, ahora soy una madre “joven”. Lo era cuando tuve a mis hijas, cuando me embarqué en lo que estaba escrito que tenía que ser... Читать дальше...