Sin escudo ni control
La mala temporada y el rechazo de la directiva hicieron que Xavi entrara muerto al domicilio de Laporta en la cena del Sushi. El presidente lo resucitó a cambio de su compromiso de obediencia y connivencia en la ocultación de la grave situación que vive el club y su apoyo al eufórico y fantasioso relato del dirigente, que afirmó al día siguiente que “hacía tiempo que no veía tanta ilusión en el barcelonismo”. Sin embargo, Xavi dejó de ser útil para Laporta, que venía caliente de la derrota ante el Girona... Читать дальше...