Manos del Domingo
Mira tu mano y piensa con ojos de recuerdo. Este viejo domingo de palmas y campanas verás que aquel prodigio se opera nuevamente. Con tus manos el tiempo detienes todo un día. No hay agua que no puedas apresar con las manos, y se escape corriendo hacia el mar y la arena, y fluya entre tus dedos como arroyo impotente. Pues son los cuatro zancos del tiempo los que bajan, cuando suena un martillo que detiene la tarde, igual que esta mañana tan nueva y tan antigua dejó los dos costeros del reloj de la torre bien pegados a tierra con su campanerío. Читать дальше...