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Декабрь
2025

Una brújula para adolescentes

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 Confía en el tiempo, que suele dar dulces salidas a muchas amargas dificultades. 

                              Miguel de Cervantes

 

«¿CUÁL es el sentido de mi vida?», nos preguntó una jovencita cienfueguera, con inocente retórica. Según cuenta, se acercan sus 16 años y quisiera tener un propósito, una misión real, más allá de exhibir pechos en las redes o jugar al placer con potenciales «descargantes», como hacen sus amigas.

 «Tampoco quiero hijos a esta edad. En mi aula hay embarazadas que hablan incluso de seguir pariendo para que un hombre las mantenga», cuenta con preocupación.

 Mientras, ella mira el techo antes de dormir y escucha pódcasts motivacionales, y a pocas horas de iniciar otro año cavila: «¿Para qué estoy aquí?, ¿qué quiero de verdad?», preguntas que no siempre surgen en palabras, pero atraviesan su cuerpo, sus emociones y decisiones cotidianas, explica. 

 Entre expectativas externas, comparaciones y urgencias virtuales, encontrar un camino propio puede parecer un lujo, incluso en la adultez, y es justamente ahí donde cobra valor una palabra japonesa que ha viajado por el mundo: ikigai.

 Traducido como «razón de ser» o «aquello que da valor a la vida», el ikigai no es un destino rígido ni una meta de superpoderes, sino el resultado de la reflexión sobre una matriz de cuatro dimensiones: gustos, talentos, pasiones y vías de crecimiento y sostén. Es, por tanto, un diálogo interior honesto: ¿qué me mueve a actuar?, ¿qué me importa?, ¿qué puedo aportar con un esfuerzo disfrutable?

 Comenzar ese análisis en la adolescencia es magnífico, porque, aun sin certezas definitivas de futuro, otorga intención a la curiosidad y promueve una escucha asertiva de la vida.

 En las sociedades modernas se espera que las personas definan todo a edades muy tempranas (carrera, pareja, imagen, intereses…). ¿Por qué imponer caminos sin retorno a quien apenas está formando su identidad? En esa etapa hermosa es lícito cuestionar cada paso, ensayar, errar y reconocerse.

UN PLAN DE INTENCIONES, NO DE EXIGENCIAS

 Pensar el ikigai en clave adolescente no significa apostar a proyectos cerrados que pueden ser frustrantes. Es apenas una brújula, una herramienta para tomar decisiones, aquí y ahora, con una meta razonable a la vista: ¿qué aprenderé primero?,
¿en qué actividades invertiré energía?, ¿qué vínculos cuidar, desde el cultivo de la autoestima y el autoconocimiento?

 A diferencia de los habituales propósitos de año nuevo, este plan de intenciones no se basa en el «deber ser» (construido con expectativas ajenas), sino en el «quiero sentir» (con mucho de intuición). Además, no busca productividad extrema, sino coherencia emocional y evolución de actitudes.

 ¿Qué cambios me harán sentir bien conmigo este año? ¿Qué habilidades explorar o fortalecer, sin miedo a hacerlo mal? ¿Qué causas sociales me importan de verdad? ¿Qué necesito para cuidar mi espíritu y mi cuerpo mientras crezco?

 Responderlas no implica escribir una lista perfecta, sino, como la joven lectora, tomar en serio sus pensamientos recurrentes, plasmarlos con creatividad y revisar el plan una y otra vez, para ajustarlo con ilusión y avanzar.

 Lo hermoso del ikigai es que puedes expresarlo con arte. Si quieres, pide ayuda a familiares o profesores, o contagia a tus amistades para que cada quien haga el suyo.

 En realidad, es fácil: dibuja cuatro grandes áreas que se toquen, como en la imagen de esta página, con sus etiquetas: lo que me gusta hacer, lo que hago bien (o quiero aprender), lo que siento que el mundo necesita y lo que me ayuda a sostenerme (emocional, material o simbólicamente).

 Completa cada una sin temor con ideas directas, déjalas reposar un rato, y luego observa dónde se repiten palabras, emociones o deseos. Con esa imagen clara, elige una o varias intenciones posibles para el nuevo año: explorar en…, cuidar de…, aprender a…, atreverme a…, poner límites en… El resultado no será un plan cerrado, sino un mapa provisional, una estrategia inspiradora que puedes cambiar a tu ritmo.

ACOMPAÑAR E INSPIRAR

 Acompañar a nuestros adolescentes en esa búsqueda de sentido implica escuchar más y dirigir menos. Valida dudas, normaliza sus incertidumbres y evita imponerles sueños ajenos.

Este ikigai, trabajado con sensibilidad, puede convertirse en medio para la comunicación intergeneracional, una excusa para preguntar sin invadir, acompañar sin controlar y premiar el entusiasmo y enfoque sin caer en chantajes emocionales.

 Enero suele llegar cargado de promesas, listas interminables y comparaciones silenciosas. Ayudemos a que este 2026 sea para las nuevas generaciones una oportunidad interna, no otra fuente de presión exterior.

 Empezar el año con sentido no implica tener respuestas definitivas; es solo escucharse un poco más, reconocer lo que hoy importa y permitirse cambiar de idea o de meta si hace falta. Elegir una intención —no una exigencia— puede ser suficiente para dar el primer paso.

 Quizá el ikigai de alguien tan joven no diga exactamente quién llegará a ser, pero sí puede orientarle desde dónde vivir el año que comienza: con curiosidad, honestidad y respeto por los propios ritmos.

ENCUENTROS

Resultaron hermosos los encuentros de este fin de semana. Como no es posible agradecer a todos, me quedo con la energía de dos duplas geniales: Maiko y Mina, de Senti2Cuba, y Omar e Iris, voluntarios de El Arte de Vivir que acaban de cumplir 32 años como parejas de vida y labor.

 Para 2026 rescataremos muchas oportunidades de intercambios, talleres y otras propuestas atrevidas a lo largo del país, así que mantente al tanto para aportar ideas o participar en espacios que resuenen contigo. El 52164148 es el número para enviar sugerencias, pedir consejos, organizar acciones y sumarte a las redes de nuestra plataforma.   

 Para comenzar el año, te proponemos un debate: ¿Qué amor te parece más importante: ¿el primero o el último? ¿Lo que te lleva a romper una relación, puede ayudarte a mejorar la siguiente? En una relación a largo plazo, ¿importa más la pasión o la armonía en la convivencia? ¿Qué crees que no pudieras perdonar de la persona que amas? 

Tus respuestas formarán parte de la página especial de febrero por el día de los enamorados.