Alcaraz, un "divorcio" y una rivalidad para crecer
Muhammad Ali y Joe Frazier, Anatoli Karpov y Garri Kasparov, Magic Johnson y Larry Bird; Alain Prost y Ayrton Senna; Roger Federer y Rafa Nadal; Bjorn Borg y John McEnroe; Martina Navratilova y Chris Evert... Carlos Alcaraz y Jannik Sinner. El tenis, después del «Big 3», aunque Novak Djokovic siga en activo, se ha encontrado con una de esas rivalidades que van más allá de ganar o perder finales, de sumar «Grand Slams» o levantar Masters 1.000. Y en esa carrera, este curso ha dejado al español en lo más alto.
Carlitos acumula reconocimientos con la temporada concluida e inmerso en plena preparación para 2026. Sus entrenadores, el anterior, Juan Carlos Ferrero, y el actual, Samu López, han sido elegidos los mejores del año por sus colegas; él ha recibido el Premio Stefan Edberg a la deportividad y también el Premio al Punto del año por un globo que ejecutó entre las piernas ante Altmaier en Montecarlo. Detalles de un jugador único que acabó el ejercicio como número uno del mundo por segunda vez en su carrera y con ocho títulos más en su palmarés, incluyendo Roland Garros y el US Open.
Enfrente, la temporada de Sinner fue atípica. El italiano estuvo tres meses apartado de las pistas por dopaje. Aceptó un castigo de noventa días en un período sin grandes desafíos. Llegó a un acuerdo con la Agencia Mundial Antidopaje y estuvo sin jugar desde el 9 de febrero hasta el 4 de mayo. Sinner dio positivo por clostebol en un control al que se sometió en marzo de 2024. Con la sanción se perdió Miami, Indian Wells, Montecarlo, Madrid y volvió en Roma para ponerse a punto para Roland Garros. El italiano, que conquistó el Abierto de Australia, no volvió a jugar hasta el Foro Itálico donde se dio el primer duelo con Alcaraz. Ganó el español como hizo semanas después en París en una final inolvidable. Fue la más larga de la historia. Alcaraz salvó tres puntos de partido y se llevó el título en la Philippe Chatrier después de cinco horas y media. El italiano se resarció en Wimbledon, uno de sus seis títulos del curso que también incluyó el Open de Australia.
A Sinner en 2025 solo le han derrotado tres raquetas. El kazajo Alexander Bublik en Halle; el neerlandés Tallon Griekspoor en Shanghái y los otros tres tropiezos llegaron con Carlitos enfrente. Su duelo directo se ha convertido ya en un clásico del tenis. Y el resto del circuito tiene asumido que mientras uno de los dos esté en el cuadro del torneo de turno es casi imposible aspirar a un título si ellos no flaquean. Con Djokovic en el tramo final de su recorrido y la permanente irregularidad del alemán Alexander Zverev no hay una alternativa a la altura del español y el italiano. Ya se han cruzado en 16 partidos y el balance es 10-6 para el murciano. Ocho de los cara a cara fueron en finales y media docena en el año que está a punto de terminar. Carlitos ganó cuatro y el italiano, dos.
Con 22 años, Alcaraz está en condiciones de convertirse en las próximas semanas en el jugador que antes conquista el «Grand Slam» si levanta el título en Australia donde no ha ido más allá de los cuartos de final. «Me hace ilusión trabajar bien y preparar de la mejor manera posible a nivel físico y mental el inicio de año. Mi objetivo es ganar en Australia. Lo bueno y lo malo es que es el primer torneo del año, pero quiero estar listo. Me es complicado llegar con ritmo competitivo, pero no se me da mal. Hay otros jugadores que se desenvuelven mejor en ese contexto. He hecho un muy buen tenis en Australia y pequeños detalles han sido los que propiciaron mis derrotas. Me falta el último empujón para avanzar, pero creo que este año va a ser diferente», asegura el de El Palmar. Diferente será seguro porque a su lado ya no va a estar Juan Carlos Ferrero. Será el primer reto como número uno. Luego llegarán París, Londres, Nueva York, las Nitto ATP Finals, la Davis... y con Sinner siempre ahí.
