Cimarrón trae su joropo colombiano a Ciudad de México
Con la presentación del grupo Cimarrón como parte del festival Luces de Invierno, la fuerza del joropo colombiano se vivirá con intensidad el domingo 28 de diciembre en el Zócalo de Ciudad de México. Bajo la dirección de la cantadora Ana Veydó, el sexteto cierra su año de actividades luego de una gira por Taiwán, completando su paso por los tres principales escenarios de Asia Oriental: el Gran Teatro Nacional de China en Beijing (2019), el Teatro Bunkyo de la Orquesta Filarmónica de Tokio en Japón (2024), y el Centro Nacional para las Artes Escénicas de Taipéi en Taiwán (2025).Originaria de Otanche, municipio del departamento de Boyacá, Ana Veydó recuerda su infancia rodeada de música, además de que también le gustaba la actuación. En entrevista refiere que el joropo fue un estilo que la marcó desde pequeña. “Lo escuchaba en las estaciones de radio de Venezuela, pero todos los que lo interpretaban eran hombres con un canto muy asociado a lo recio, muy referencial de las faenas de la ganadería”. Sobre este género musical nacido en los llanos de Venezuela y Colombia, la cantante que en 2023 fue incluida en la lista de los 50 personajes más creativos por la revista Forbes Colombia, afirma que el estilo de Cimarrón se basa en el formato venezolano, que se adquirió en su país en los años 50 del siglo pasado. “Este formato llegó a través de las emisoras radiofónicas y luego se estableció en las grabaciones. Ese fue el inicio de ese joropo en Colombia, donde se tocaba más que nada un estilo con instrumentos andinos. El sonido venezolano arrasó y se estableció una estética única a lo largo de los llanos colombovenezolanos”.¿Ha sido difícil abrirte paso en un género musical que tradicionalmente era manejado por hombres?Sí, porque ha sido una música asociada con los hombres, sobre todo porque siempre se consideraba que se había originado en las faenas de los ganaderos. De esa manera se había creado el imaginario de que era una música masculina, hecha por hombres y para hombres. Quien entrara en ese mundo tenía que jugar a esa estética y a esas dinámicas que venían de lo masculino."Yo fui una de las primeras cantadoras de este género, sobre todo en el estilo recio. Cuando empecé a cantar participaba como voz recia en los concursos que eran muy incipientes en Colombia. Sin embargo, los concursos son algo muy relegado, y aspirar a ser una cantadora profesional, respetada como una artista al nivel de los hombres, es algo muy difícil".¿Qué tan importante fue unirte a Cimarrón, grupo fundado por arpista Carlos Cuco Rojas, con quien estuviste casada hasta su fallecimiento?Tuve la fortuna de unirme al grupo de Carlos, un artista de la región. Los dos coincidimos en que queríamos abrirnos camino fuera de la región y empezamos a tocar las puertas de los circuitos de la música del mundo que estaban en boga a fines de los 90 y de 2000 en adelante. Eso se convirtió en el espacio natural para nuestra propuesta. Cimarrón lleva ya 25 años de carrera internacional en este circuito de música del mundo y hemos tocado alrededor de 550 conciertos en algo así como 48 países. ¿Cómo surgió la invitación a Taiwán?Fuimos a Taiwán como resultado de una gran gira que hicimos el año pasado por Japón, donde presentamos 18 conciertos en todo el país en teatros para más de dos mil personas con lleno total, lo que fue una gran experiencia. Eso llevó a que pensaran en nosotros para Taiwán y una gira que terminó en octubre. Como agradecimiento interpretamos dos piezas muy tradicionales de Taiwán, sobre todo una que yo canté. Fue muy conmovedor, porque creo que sacamos muchas lágrimas cuando interpretamos esta pieza."Para mí fue muy natural cantarla, pues me mostró lo conectados que estamos, porque finalmente las músicas son producto de lo humano. Fue una experiencia muy chévere escuchar a todo mundo cantando conmigo 'Lamento a la luna', que es una melodía tradicional. Yo siempre hago énfasis en que nuestros cantos se basan en melodías indígenas de Colombia, mientras que las de Taiwán también se remontan a sus ancestros. Taiwán ha sido colonizado por distintos países, desde Japón hasta Holanda, por ello, escuchar melodías como las nuestras fue como recordarles algo que en algún momento era puro, y eso les conmovió". ¿Cómo defines el estilo de Cimarrón?Es un estilo que parte de la raíz. El grupo se ha preocupado por mostrar, no desde la teoría, sino de la práctica, los tres componentes que consideramos que tiene esta música: que son lo afro, lo indígena y, por supuesto, el aporte europeo que llegó en la época de la colonia. Para nosotros siempre ha sido fundamental mostrar eso al buscar nuestro propio sonido que dista de las propuestas que están en boga."Nuestras letras siguen siendo las tradicionales, pero también hay otras que fueron escritas por Carlos y que reflejan un llano mucho más profundo. La gente habla de que el llano ya murió, que ya no existe, pero las canciones nos hablan de una población que conserva sus prácticas vida de manera genuina. A mí me gusta cantar ese tipo de letras". ¿Cuál es la importancia de que esta música se proyecte?No hay que tenerle miedo a ser distinto. Cuando vemos algo relacionado con la música en internet y una gran mayoría busca apuntar hacia lo mismo, uno se da cuenta de que no todos estamos en esa dinámica. Tenemos la opción y el derecho de pensar en una música que va en contravía. A veces le invitan a uno a cambiar, al preguntar: “¿por qué hacen algo que no está pidiendo el mundo?” Sin embargo, viajando uno se da cuenta de que sí hay gente que quiere algo distinto, gente que se conecta con otras expresiones."No creo que estemos haciendo el mismo sonido que hacían los abuelos o nuestros padres, pero hemos agarrado lo esencial de ellos. Lo que tocamos se siente moderno, pero nuestra música también jala hacia un pasado que nos recuerda que hay algo más atrás. Me parece que es importante conservar esa esencia". Para Ana, “la música es la herramienta más noble que uno tiene para comunicarse con el mundo. Siento que es un privilegio poder comunicarme a través de la música y llevar un mensaje. Lo que uno hace es presentar el espíritu de lo que es una región, eso es algo que siente la gente. En nuestra gira por Taiwán, independientemente del idioma o las creencias, la gente en verdad entendía el mensaje y salía muy conmovida”. BSMM
