Así viven las mujeres bajo el yugo de Al AQaeda en el Sahel
Un informe publicado por el programa de investigación británico Xcept, que entrevistó a 77 mujeres de la etnia fulani, un grupo estratégicamente reclutado por el JNIM de Al Qaeda en el Sahel, demuestra que algunas apoyan al grupo yihadista, otras lo detestan , pero losencuestadores creen que estos testimonios reflejan más a menudo una estrategia de supervivencia que una radicalización .
En el centro de Malí y el norte de Burkina Faso, algunas de las mujeres entrevistadas son esposas, madres o abuelas de yihadistas, mientras que otras no tienen vínculos directos con ellos. Más de la mitad vivió al menos cinco años bajo el control efectivo del JNIM , y algunas, más de diez. El informe apunta a un " descontento persistente " con la corrupción estatal y la incapacidad de proteger a las comunidades, sin que esto motive un apoyo generalizado a una insurrección armada.
Las mujeres describieron unánimemente el auge del JNIM como un factor que trajo consigo cambios profundos y predominantemente negativos. El uso obligatorio del velo y la abaya, la prohibición de trabajar y conducir (ya sea un coche, una motocicleta o incluso un burro), las restricciones al acceso a la atención médica y la educación (los yihadistas cierran escuelas públicas y centros de salud estatales) y la supresión de las ceremonias tradicionales: Las entrevistadas describieron las regulaciones del JNIM como económicamente devastadoras y profundamente perjudiciales para su salud física y mental.
Sin embargo, algunas políticas de Jnim encuentran una respuesta favorable: ayuda material –generalmente procedente de los saqueos–, un mejor acceso a la justicia –ejercida por jueces islámicos– o incluso una reducción del bandidaje vinculado a los salteadores de caminos.
La percepción de las mujeres tiende a mejorar con el tiempo en las zonas donde los yihadistas están más arraigados y organizados. Esto se debe en parte al recurso, a menudo forzado, a los líderes tradicionales, señalan los investigadores, y añaden que la mayoría de las mujeres que afirmaron apreciar los servicios prestados por el grupo no lo interpretaron como un apoyo a su ideología. Tuvieron que adaptarse y volverse cada vez más dóciles. Numerosos testimonios describen cómo los yihadistas encargados de aplicar la sharia golpeaban o azotaban a mujeres, y posteriormente, una prevalencia de estos castigos corporales a lo largo de los años, una vez que los habitantes se " acostumbraron " a las nuevas normas impuestas por la fuerza.
El informe destaca que, en algunas aldeas, los niños llegan a la adolescencia sin haber vivido bajo el régimen estatal y que el gobierno de Jnim está alterando las normas sociales y de comportamiento, lo que representa un desafío adicional para las generaciones futuras.
Tambien destacan las violaciones de los derechos humanos y las sanciones colectivas, reales o percibidas, infligidas a la comunidad fulani por los ejércitos regulares y sus auxiliares nacionales – los Voluntarios para la Defensa de la Patria (VDP), los cazadores dozo – o los rusos – Wagner, Africa Corps – socavan la legitimidad del Estado, según recoge Rfi.