'NumEros': Espíritu, deseo y matemáticas en un solo cuerpo de baile
“Con tres coreógrafos de referencia mundial en la historia de la danza, queremos inaugurar nuestra temporada en el Teatro de la Zarzuela y un programa en el que el público se va a encontrar con una cronología estilística de excelencia”, así ha iniciado Muriel Romero, directora de la Compañía Nacional de Danza, la presentación de “NumEros”.
Pero, ¿por qué este nombre? –se pregunta-. “NumEros” es un “portmanteau” que combina dos palabras distintas que fusionan sus sonidos y significados para crear una nueva, “dos términos que parecen contradictorios, pero en el fondo son completamente necesarios para el acto creativo de cualquier coreógrafo porque conforman dos elementos centrales en la creación en danza –explica Muriel- “Numen” es el espíritu, esa parte poética inspiradora del artista, la espiritualidad que trasciende su voluntad. Y “Eros”, el impulso y el poder creativo, la fuerza impulsiva vital de la voluntad del artista que se manifiesta en y a través del cuerpo. Al encontrarse ambos conforman “NumEros” que evoca el número como principio de orden, como lógica matemática y patrón que da forma al movimiento. Así, “NumEros” propone articular espiritualidad, deseo y estructura matemática en la danza”, afirma la directora de la CND, que estará en el coliseo de la Plazuela de Teresa Berganza del 11 al 21 de diciembre.
A partir de sistemas numéricos
“NumEros” es un tríptico compuesto por “Serenade”, de George Balanchine; “Echoes from a Restless Soul”, de Jacopo Godani; y “Playlist (Track 1, 2)”, de William Forsythe; tres coreógrafos que han desarrollado un pensamiento formal y numérico en el que la coreografía se construye como un campo de tensiones entre lo racional y lo corporal. “Todos ellos trabajan desde un lenguaje académico del ballet, que han ido desarrollando y evolucionando –significa Muriel-, cada uno ha abordado, desde distintas estéticas, la relación entre la estructura matemática y la energía corporal.
En sus coreografías, los intérpretes trabajan a partir de sistemas numéricos, no solo como meros esquemas compositivos, sino como territorios vividos desde el cuerpo. De George Balanchine, puedo decir que fue el creador del neoclásico, él decía que la arquitectura es como música en movimiento. William Forsythe pone también ese lenguaje dentro de un ámbito espacial y lo evoluciona con disciplinas como la geometría, proporciones, repeticiones, permutaciones, ecuaciones y secuencias que llevan al límite también ese cuerpo y ese movimiento. Y Jacopo Godani, que para mí es otro genio de la danza –afirma la directora-, lleva el lenguaje a un nivel en el que los opuestos de la lógica, la emoción, la razón y el espíritu conforman y crean un lenguaje balletístico donde encontramos la esencia de la danza”.
“Serenade”, con música de Piotr Ilich Tchaikovsky, fue el primer ballet que creó Balanchine en Norteamérica y lo hizo para la Escuela del American Ballet. La ORCAM, Orquesta de la Comunidad de Madrid, estará dirigida por Manuel Coves, y la puesta en escena es de Colleen Neary, que trabajó con el propio autor. “Es un ballet que no tiene narrativa, abstracto, cuenta su historia de manera musical y coreográfica, sin recurrir a ninguna narración ajena, su importancia es el movimiento. Balanchine llevó el trabajo del ballet, como el de puntas de las bailarinas, a otra dimensión y lo hizo evolucionar enormemente”, explica Neary.
El contraste de un alma inquieta
“Ecos de un alma inquieta” (“Echoes from a Restless Soul”), lleva el sello coreográfico de Jacopo Godani y música escrita por Maurice Ravel en 1908, “Gaspard de la nuit”, interpretada al piano por Gustavo Díaz-Jerez. “Quería presentar algo que creara un contraste con las otras dos piezas -apunta Godani-, buscamos un idioma de puntas técnico clásico que reflejara el potencial de hoy de la compañía e intentar desarrollar un movimiento que vaya un poquito más lejos, es decir, hacer un trabajo virtuoso, técnico, donde se pueda enseñar el potencial de los bailarines clásicos y al mismo tiempo desarrollar el potencial creativo que tienen a nivel intelectual. Aunque sea un trabajo técnico, queremos desarrollar una forma de creatividad y composición que refleje la contemporaneidad con movimientos e informaciones menos simétricas”, explica el coreógrafo.
Enfocado así, “las formaciones de grupo son menos geométricas o arquitectónicas, y más inspiradas en formaciones casi biológicas como amebas o grupos de plantas marinas y aunque sean relaciones entre los bailarines sin simetría o sin encajar todo en algo predefinido, se pretende mantener la relación entre los grupos manteniendo siempre algo vivo e informal”, concluye Godani. Sobre “Gaspard de la nuit”, el pianista Gustavo Díaz-Jerez afirma que es una obra que requiere un control del sonido y una agilidad tremenda por su dificultad. “Es una pieza muy, muy difícil, famosa por ser una obra extremadamente complicada, aunque extraordinariamente bella también”.
Cierra el tríptico “Playlist” (Track 1, 2), con coreografía de William Forsythe. La música es de Peven Everett: “Surely Shorty” y de Lion Babe: “Impossible” (Jax Jones remix). La dirección de escena, de José Carlos Blanco Martínez. “Playlist” tuvo su estreno absoluto por The English National Ballet, en Londres (2018) y el estreno por la Compañía Nacional de Danza será hoy, 11 de diciembre de 2025, en el Teatro de la Zarzuela. “Es una pieza compleja de enseñar, de aprender y de ensayar, no solamente por la por la complejidad de doce hombres sobre un escenario bailando a la vez, sino también por la velocidad que implica, y complica mucho que unísonos, correcciones, tiempos y direcciones, estén exactamente iguales”, explica el coreógrafo. Y es compleja técnicamente. “Para el bailarín es un reto porque no solamente trata de mostrar su técnica y habilidades, sino que muestra el trabajo en grupo”. Y concluye Blanco Martínez. “Puede ser un broche de oro, un bomboncito, para cerrar el programa fabuloso”.
