Cataluña limita la vacunación del herpes zóster por falta de previsión
Cataluña es la segunda autonomía
de España que limita la vacunación frente al virus del herpes zóster en el
último mes. La primera fue País Vasco, tal y como adelantó LA RAZÓN hace unas semanas. Al igual que en el caso del gobierno vasco, la causa detrás de esta
actuación, que, no olvidemos, supone la limitación del derecho de la población a
una protección adecuada a la que los ejecutivos autonómicos se comprometen al
incluir la vacuna en su calendario vacunal, parece ser una falta de previsión
en la compra de dosis. Sin embargo, la situación difiere en que, en el caso de
Cataluña, se trata de una situación temporal que se solucionará en un plazo de
4 o 5 meses.
El Departamento de Salud de la Generalitat
publicó en el año 2022 una instrucción sobre la vacunación frente a herpes
zóster en la que se comprometía a inmunizar tanto a la población de alto riesgo
(personas a partir de 18 años con el sistema inmune comprometido) como a los
que cumplían 65 y 80 años. Un año más tarde, en 2023, añadieron a los mayores
de 90 años.
Hablando en cantidad de personas,
el grupo de población entre 65 y 69 años lo componen 435.628, el de 80 a 84, 233.424
y, el de más de 90, 57.566 personas. Aunque el calendario vacunal establece una
edad concreta (vacunar solo a personas de 65 y 80 años), quienes forman parte
de esas cohortes de edad tienen un derecho adquirido a la vacunación. Esto
quiere decir que, si una persona no se ha vacunado en el año que le toca, puede
hacerlo en los siguientes.
Teniendo en cuenta que la pauta
completa es de dos dosis, y sin contar a la población inmunocomprometida mayor
de 18 años (que incluye, entre otros, a los pacientes en tratamiento oncológico,
las personas trasplantadas, con VIH, los pacientes reumatológicos tratados con
medicamentos biológicos como los anti-jacks y los que padecen hemopatías
malignas), estaríamos hablando, aproximadamente de una población diana de 726.618
personas, para la que harían falta 1,5 millones de dosis al año.
Sin embargo, es evidente que la previsión
falló a juzgar por el email que recibieron los centros de salud de Cataluña el
pasado 11 de noviembre. En él, la Agencia de Salud Pública de Barcelona (Aspb),
indicaba que la nueva orden era inmunizar solo a los mayores de 90 años (y a grupos
de riesgo) por motivos de falta de stock de la vacuna. En el texto se señalaba,
además, que la limitación se mantendría, previsiblemente, hasta finales del
primer trimestre de 2026 y que, una vez normalizada la disponibilidad de dosis,
se reestablecerían los parámetros estándar de población diana y se podría
volver a poner en marcha las estrategias de captación.
La nueva indicación implica que parte
de la población con derecho a recibir la vacuna no será invitada a hacerlo, o
le será negada si la pide, en Cataluña, durante 4 o 5 meses. La situación ha
enfadado a los profesionales sanitarios (médicos y enfermeras) que son los que
finalmente tienen que comunicar la limitación a los pacientes que la demanden,
y supone una situación de desigualdad para la población de esas cohortes de
edad en la región con respecto a la de otras autonomías.
"Esta situación no es en absoluto
la ideal porque supone un parón importante en una vacuna que, además, no tiene
unas tasas de cobertura muy boyantes. Tanto la población de riesgo como el
propio profesional sanitario se desconectan y se pierde interés por la
inmunización, y eso hay que evitarlo", explica Fernando Moraga, portavoz de la
Asociación Española de Vacunología (Barcelona).
“Al final son los profesionales
sanitarios los que tiene que dar la cara, y lo ideal sería que esta
comunicación sobre la limitación temporal del derecho a vacunarse se hiciera de
una manera oficial y pública desde la Consejería de Sanidad”, destaca José
Antonio Forcada, presidente de la Asociación Nacional de Enfermería y Vacunas (Anenvac).
No obstante, puntualiza que el caso de Cataluña es "muy distinto a lo sucedido
en el País Vasco": "no es lo mismo comprometerse a vacunar a todos los mayores
de 65 años sabiendo que no tienen dosis suficientes para afrontarlo que un
desabastecimiento temporal que tienes previsto solucionar”, explica.
Mayor demanda
Por otro lado, Forcada explica
que la situación puede haberse debido también a "una mayor demanda" por parte
de la población diana (“en salud pública haces previsiones que no siempre se
cumplen”), sumada a "rescates" de personas que no se hubieran vacunado en el
año que les tocaba, pero lo hicieran en otro momento. Incide también en que no
es una situación que tenga que alarmar a la población porque no es una vacuna
estacional, “es importantísimo inmunizarse frente al herpes zóster por los
beneficios que aporta, pero hacerlo 4 o 5 meses más tarde no cambia el
resultado”.
Efectivamente, las nuevas evidencias sobre los beneficios que ofrece la vacunación frente al virus pueden haber motivado a los mayores a pedirla de manera proactiva, como sucedió en el
País Vasco. Cabe recordar que recibir la pauta completa ha demostrado, además
de su efectividad contra la infección, que afecta a una de cada tres personas
de entre 50 y 90 años, reducir en algo más del 30% el riesgo de demencia, una protección
que se mantienen entre 5 y 10 años después de la inmunización.
Respecto a la tasa de vacunación
frente al herpes zóster en Cataluña, está muy por debajo de la media del resto
de España. Según la información que figura en la plataforma de explotación de
las coberturas de vacunación del Ministerio de Sanidad (Sivamin), solo un
11,16% de las personas nacidas en 1965 y un 14% de las nacidas en 1944 habían
recibido la pauta completa en 2024 (frente al 23,21% y el 20,93,
respectivamente, en el resto de España).
Anuncio de compra de dosis
El 4 de noviembre, el gobierno
catalán informó de que había aprobado una partida de 82 millones de euros para
adquirir 28 lotes de vacunas. Tal y como figura en el portal de contratación,
la licitación incluye "un aumento en dosis como en la vacuna contra el herpes
zóster, que tiene un importante impacto económico por el elevado precio de cada
dosis". En total, se trata de 240.000 dosis de Shingrix, de GSK, para 2026, que
servirán para inmunizar con la pauta completa a 120.000 personas.
Las fechas encajan con lo que
indica el email a los centros de salud ya que, si la compra se ha realizado
ahora, la previsión de disponibilidad de las dosis es de 4 o 5 meses. Dado que
las vacunas recombinantes (como es el caso) son productos biológicos complejos,
las compañías farmacéuticas necesitan meses para producirlas en cantidades
suficientes para satisfacer las necesidades de la población.
