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Los problemas del Real Madrid: frágil, sin ideas y sin gol

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Después del buen papel contra el Valencia en LaLiga, el Real Madrid se fue desinflando en el partido de la Champions contra el Liverpool. Cuando tuvo la pelota no fue peligroso y cuando dejó de tenerla, en la segunda parte, fue superado por el mejor Liverpool. El equipo de Xabi Alonso mezcla rachas de victorias con derrotas que reflejan que todavía le queda trabajo al entrenador blanco.

Aunque esta vez, después del encuentro, el técnico blanco no dijo que era un equipo en construcción. Pero sí que está claro que no ha encontrado aún el tono ideal que persigue. «No creo que tengamos picos. El día del Metropolitano no fue un buen partido, pero hay que ser consistentes con la idea y la exigencia», explicaba.

La imagen dejada por el equipo recordó al tropiezo en el Metropolitano: otro gran escenario donde los de blanco no compitieron todo el partido de igual a igual. En ambas citas, al Madrid le faltó personalidad, colmillo y, sobre todo, presencia en las áreas. En Liverpool, ni siquiera la inspiración de su portero evitó la derrota.

Faltó Mbappé

Por primera vez en lo que va de temporada, el Real Madrid se quedó sin marcar. Kylian Mbappé tuvo un partido gris, atrapado entre centrales, sin espacios ni conexiones claras con sus compañeros. Desconectado y frustrado, apenas logró participar en el juego. El equipo depende en exceso de sus goles. Mbappé ha anotado más de la mitad de los tantos del Madrid este curso, y cuando él no aparece, la falta de eficacia se hace evidente. «Hemos ido creciendo y hemos jugado más en campo contrario, pero en el área nos ha faltado algo más de amenaza», dijo Xabi.

Vinicius tampoco tuvo su mejor noche. Bien vigilado por Bradley, no logró desbordar ni generar situaciones claras. «Nos ha faltado amenaza en el último tercio. Nos costaba hacer daño en el uno contra uno», describía el entrenador. Sin chispa arriba, el ataque del Madrid se diluyó sin generar verdadero peligro. La mayoría de las veces las jugadas se estancaban en el pico izquierdo del pico del área, con Vinicius y Mbappé pasivos.

 

Dominar para nada

Pese a dominar la posesión con un 59%, el Real Madrid apenas inquietó la portería rival. El control del balón no se tradujo en control del juego ni en ocasiones reales. Dos disparos a portería en noventa minutos reflejan la falta de profundidad ofensiva. No es solo una cuestión de acierto, sino de creación.

El Liverpool, que no llegaba en buen momento tras varias derrotas en la Premier, impuso su ritmo y encontró la manera de anular al Madrid. Los de Anfield jugaron con más intensidad, precisión y hambre, sobre todo en el segundo tiempo, pero no fue el equipo local arrollador de otras veces, el que contagia a la grada y ruge y hace temblar al rival. En la primera mitad, se puede hasta decir que el Madrid lo domó, pero no supo de aprovechar sus debilidades.

Xabi Alonso apostó por el mismo once del Clásico, confiando en un mediocampo más robusto. Pero la fórmula no funcionó. No hubo fluidez ni superioridad en esa zona básica. Fede Valverde, desde el lateral, apenas se proyectó al ataque y Camavinga, por su parte, volvió a ocupar un rol que no le favorece. Jugó pegado a la banda derecha y se le notó incómodo, fuera de sitio. Su esfuerzo fue incuestionable, pero no aportó ni en defensa ni en construcción.

Xabi Alonso intentó repetir el plan del Clásico, pero no le salió. Toca darle una vuelta.