Perfectible, la estrategia de seguridad
La estrategia de seguridad pública de la presidenta Claudia Sheinbaum es mejor que la de López Obrador, pero adolece de fallas estructurales, sobre todo en cuanto a la profesionalización de los cuerpos policíacos a nivel estatal y municipal.
Como observamos en los recientes acontecimientos ocurridos en Veracruz con el asesinato del líder citrícola Javier Vargas Arias, y en Michoacán con la ejecución del empresario limonero Bernardo Bravo Manríquez y del presidente municipal de Uruapan, Carlos Manzo Rodríguez. Las fuerzas de seguridad locales son rebasadas o cooptadas por el crimen organizado.
Mientras no se capacite a las policías locales, se les pague mejor y se les arme de forma óptima. Mientras no se establezcan controles de confianza y monitoreo del desarrollo patrimonial. Y mientras no haya inversión en políticas de inclusión social, uso de tecnología avanzada para la vigilancia y cooperación internacional para enfrentar amenazas transnacionales. El gobierno federal no puede tener éxito.
Se enoja la presidenta Sheinbaum contra los medios de comunicación por ser portadores de malas noticias, pero no expresa públicamente su condena a los criminales. Claro, no basta con palabras, sino con resultados.
Esos a la fecha no se ven porque los asesinatos de funcionarios públicos y líderes sociales siguen y cada vez son más cruentos. Esto ocurre a la vista de todos, en una clara estrategia de grupos terroristas que no solo buscan silenciar a sus víctimas, sino crear el miedo colectivo.
Un estadista toma decisiones con altura de miras y no para un grupo de simpatizantes. Un presidente debe tomar decisiones, aunque sean dolorosas, por el bien de la ciudadanía y no en favor de su grupo en el poder o de su proyecto político.
Como se aprecia, la jefa del Ejecutivo federal no considera las anteriores premisas. A ella la puso su mentor para cuidarlo, dejarlo hacer y deshacer y para mantenerlos en el poder por varias décadas más.
En Michoacán hay que recordar que, en el último año, han asesinado a siete políticos y líderes sociales: Mirian Ríos, comisionada municipal de Movimiento Ciudadano en Jacona; Guillermo Torres, alcalde de Churumuco; Aurelio Santos Contreras, alcalde de Cotija; la presidenta municipal Yolanda Sánchez Figueroa, también de Cotija; Martha Laura Mendoza Mendoza, alcaldesa de Tepalcatepec; Salvador Bastida García, presidente municipal de Tacámbaro; y Carlos Manzo, de Uruapan.
Lo hemos dicho en otras ocasiones: la línea entre la ingobernabilidad y la paz social es muy delgada. Con este tipo de omisiones del Estado mexicano, solo alebrestan al tigre que sigue dormido, pero que en cualquier momento va a despertar. Esto ya está ocurriendo en Michoacán con las últimas manifestaciones en Uruapan, Morelia, Apatzingán y en otras ciudades de la República.
Sería bueno que se mesurara la presidenta y que fuera más empática con la población afectada por los tentáculos del crimen organizado.
Los datos duros sobre seguridad reflejan que tanto el sexenio de Felipe Calderón como el de Enrique Peña Nieto presentaron menos criminalidad que en el de Andrés Manuel López Obrador.
No es válido que todavía se sigan escudando en los discursos nombres de personajes del pasado o pretextos banales, como el de echarle la culpa a Calderón por declararle la guerra al narcotráfico.
Todos saben que en el pasado había un acuerdo con los malosos de respetar sus actividades mientras no se metieran con la población y eso fue a lo que se opuso Felipe Calderón y combatió con todo el poder del Estado a los delincuentes. Eso es lo que critica ahora Claudia Sheinbaum.
Eso de echarle la culpa de lo que ocurre al pasado habla de la irresponsabilidad y de la incapacidad que tienen los actuales gobernantes para resolver los problemas que aquejan al grueso de la población.
Ya basta de pretextos y acusaciones sin fundamentos; valdría la pena que se dieran resultados en el tema que es más sensible para la población, la inseguridad pública.
En año y medio vienen las elecciones de 2027 y, como van las cosas, es muy difícil, salvo que haya un fraude electoral, que Morena siga manteniendo las mayorías calificadas artificiales en el Congreso.
