Una vigilante del Louvre, que estuvo presente en la Galería de Apolo, relata el momento del robo: «Se oyó un ruido enorme (...), totalmente inusual»
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Una vigilante del museo del Louvre que se encontraba en el lugar durante el espectacular robo de las joyas de la corona francesa el domingo ha explicado que oyó un «ruido enorme» y «totalmente inusual». «Era un domingo muy tranquilo», ha recordado la agente, que ha preferido mantenerse en el anonimato , en una entrevista en la radio France Inter. «De repente, se oyó un ruido enorme (...), totalmente inusual, un ruido sordo, un poco metálico». La mujer, que en el momento de la intrusión se encontraba con otros empleados en la galería de Apolo, donde se produjo el robo, ha afirmado que «nadie puede estar preparado para algo así». Esta vigilante, «muy experimentada» según la radio, ha contado que, junto con sus compañeros, se adentró en la galería y vio a «dos visitantes aterrorizadas» , antes de ver «a uno de los ladrones darse la vuelta» con algo que a ella le pareció «una motosierra». Gritó entonces a sus compañeros que «se fueran». Uno de ellos dio la alarma por walkie-talkie y se evacuó a los visitantes. En apenas ocho minutos, los ladrones entraron en el museo gracias a un montacargas instalado en la calle, rompieron con una sierra discal las vitrinas donde se encontraban las joyas, y huyeron con ocho piezas de un valor estimado de más de 100 millones de dólares. «Creo que, a posteriori, nos habría parecido inimaginable que se pudieran romper esas vitrinas», ha asegurado la mujer. «Nunca pensamos ni por un segundo que existiera un riesgo así». En el canal de televisión BFMTV, un agente de seguridad privada que también estaba de servicio el domingo contó que vio huir a los delincuentes. Así, ha expresado que llegó en el momento en que los ladrones se marchaban en moto, y notó un «fuerte olor a gasolina». «Habían perforado el depósito de su vehículo. Había un soplete cerca y es evidente que pretendían prender fuego al vehículo». Fue precisamente él quien vio un objeto caído en el suelo : «Dije a los policías: 'Miren, hay algo ahí abajo'. Se trataba de la corona de la emperatriz Eugenia», esposa de Napoleón III (emperador de 1852 a 1870). Esta corona, adornada con 1.354 diamantes y 56 esmeraldas, fue encontrada dañada tras la huida de los ladrones. La presidenta del Louvre, Laurence des Cars, ha asegurado que el sistema de seguridad de la galería de Apolo funcionó, pero reconoció que el sistema de videovigilancia exterior del establecimiento –el museo más visitado del mundo– era «muy insuficiente».
