Cruceros sin visa de Estados Unidos: cuánto cuestan y lo que debe saber antes de embarcarse por el Caribe
Los cruceros que parten de puertos caribeños comenzaron una nueva temporada dirigida a viajeros costarricenses y regionales. Su principal atractivo: permiten recorrer el Caribe sin necesidad de una visa estadounidense, justo cuando obtenerla se ha vuelto más costoso y complejo.
Royal Caribbean anunció salidas desde Cartagena (Colombia) y Colón (Panamá) para las próximas dos temporadas, con los barcos Serenade of the Seas y Grandeur of the Seas, que operarán entre 2025 y 2027. El Serenade navegará de octubre de 2025 a abril de 2026, y el Grandeur, de mayo de 2026 a abril de 2027, con escalas en destinos como Aruba, Bonaire y Curazao.
El interés por estos itinerarios crece tras el aumento del costo de la visa de turismo (B1/B2) de $185 a $435, que incluye una nueva tarifa llamada Visa Integrity Fee de $250, vigente desde el 1.º de octubre de 2025.
Además, todas las solicitudes deben incluir entrevista presencial y revisión de redes sociales, medidas que han complicado los trámites para los viajeros frecuentes.
Con puertos base en Panamá y Colombia, los cruceros de Royal Caribbean ofrecen una alternativa cercana para quienes desean evitar vuelos largos o procesos consulares.
Las embarcaciones pueden alojar entre 1.950 y 2.100 pasajeros, con tripulaciones de hasta 827 personas. El Serenade of the Seas tiene 13 cubiertas y fue inaugurado en 2003, mientras que el Grandeur of the Seas, de 1996, cuenta con 12.
Viajar en crucero permite visitar varios destinos sin cambiar de hotel ni preocuparse por traslados o equipaje. El esfuerzo físico es mínimo y las embarcaciones están completamente adaptadas para personas mayores o con movilidad limitada, con ascensores, rampas y cabinas accesibles.
Se evita la fatiga de los traslados constantes, el manejo de equipaje y la necesidad de caminar largas distancias o lidiar con transporte público, permitiendo un ritmo de vacaciones flexible ajustado al nivel de energía del viajero.
Sin embargo, es clave prestar atención a aspectos de este tipo de viaje y sus costos.
Qué incluye (y qué no) y cuánto cuesta
Antes de reservar, conviene conocer los servicios incluidos y los cargos adicionales.
En estos itinerarios, Royal Caribbean incorpora impuestos, propinas y un Paquete de Bebidas Deluxe, que cubre gaseosas, cervezas, licores, cócteles, cafés y batidos de proteína.
“Todo depende de cómo quieras acomodarte. El presupuesto lo decide cada pasajero, según el tipo de cabina y los destinos elegidos. Nuestra promesa es que cada quien pueda individualizar su experiencia”, explicó Itzel Valdés, vicepresidenta asociada de Latinoamérica y el Caribe de Royal Caribbean.
Las excursiones en tierra, los restaurantes de especialidad y el Internet a bordo se pagan aparte. El acceso a Internet cuesta entre $20 y $25 por noche y por dispositivo.
El precio total del crucero varía según la cabina: de $3.300 a casi $6.000, sin incluir vuelos, excursiones o servicios adicionales.
Además, los precios son dinámicos, por lo que reservar con anticipación garantiza mejores tarifas. La reserva requiere un depósito inicial de $250 por persona y el pago total debe completarse tres meses antes de zarpar.
En los puertos de escala, no es obligatorio contratar excursiones. Los pasajeros pueden explorar por cuenta propia, siempre que regresen antes de la hora límite. Si se retrasan, el barco no esperará.
Si bien estos cruceros ofrecen abundantes opciones de entretenimiento a bordo, el entorno marino en sí mismo y la experiencia sensorial de estar en el océano son, de hecho, aspectos que a menudo centran el atractivo del crucero.
Es difícil no rendirse a la calma absoluta que ofrece la brisa marina en la cara, mientras se observa ese hilo invisible que une la bóveda celeste con el horizonte azul del mar.
En pos de esa meta, si la decisión es tomar uno, también es mandatario fijarse en otros detalles centrados en la propia salud durante la travesía.
Cómo elegir una cabina y un reto persistente
Si busca evitar el mareo, opte por una cabina localizada en el centro del barco (midship) y en cubiertas bajas o intermedias (niveles 3 a 6), donde el movimiento es menor.
Si bien la estabilidad de las embarcaciones suele marcar el traslado, el movimiento del navío se siente más en lapsos de mal tiempo.
También conviene evitar habitaciones justo debajo o encima de áreas como discotecas, cocinas o teatros, donde suele haber más ruido. Eso sí, recuerde que estas mejores localidades dependen de disponibilidad y afectan el precio.
Otro cuidado esencial es la limpieza de manos y la desinfección frecuente durante cualquier viaje en crucero entre personas con distintos niveles de higiene personal.
A finales de setiembre, el Serenade of the Seas fue noticia por un brote de norovirus que afectó a 94 pasajeros y 4 tripulantes en un trayecto entre San Diego y Miami.
La infección por norovirus provoca vómitos y diarrea graves y repentinos, es altamente contagioso y se produce con mayor frecuencia en entornos cerrados donde hay mucha gente (cruceros, por ejemplo).
Se propaga comúnmente a través de alimentos o agua que se contaminan durante la preparación, o a través de superficies contaminadas.
Royal Caribbean aplicó los protocolos de aislamiento y limpieza bajo supervisión del Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) en el caso surgido el mes anterior.
El incidente del Serenade of the Seas no fue un caso aislado.
Según los informes de los CDC, este episodio marcó el décimo noveno (19º) brote de enfermedades gastrointestinales en cruceros internacionales en lo que va del año 2025, lo que subraya la prevalencia de estos episodios.
De estos 19 brotes, la gran mayoría (14), fueron atribuidos al norovirus.