AECA-ITV advierte: “Los vehículos que han estado parados durante un largo periodo de tiempo y se reactivan solo para las vacaciones tienden a presentar más fallos mecánicos”
Neumáticos deformados, frenos agarrotados o baterías descargadas son algunas de las averías estivales más frecuentes, según los técnicos de la Inspección Técnica de Vehículos
AECA-ITV alerta: “Los neumáticos juegan un papel fundamental en la seguridad vial”
Las altas temperaturas y los largos trayectos por carretera no son los únicos enemigos de los vehículos en verano. La Asociación Española de Entidades Colaboradoras de la Administración en la Inspección Técnica de Vehículos (AECA-ITV) lanza una advertencia clara: los meses estivales concentran un notable incremento de fallos mecánicos derivados tanto del calor como del desuso prolongado de muchos automóviles que solo se reactivan para las vacaciones.
“Sí, hay algunos sistemas del vehículo que sufren más con las altas temperaturas, por lo que son más comunes fallos en estos sistemas en estos meses de verano, tales como: neumáticos, motor, batería y sistema eléctrico”, explican desde la entidad. Un diagnóstico que cobra aún más relevancia en un momento en que miles de conductores se preparan para viajar durante las semanas de mayor intensidad de tráfico del año.
Fallos por calor y por falta de uso
En verano, la temperatura del asfalto puede superar los 70 ºC, lo que acelera el desgaste de los neumáticos. “Las altas temperaturas que alcanza el asfalto y los viajes largos que suelen hacerse durante vacaciones aumentan el desgaste de los neumáticos”, señala AECA-ITV. A esto se suma la importancia de una buena refrigeración del motor y del estado del sistema eléctrico, ya que “las altas temperaturas contribuyen a la pérdida de energía de la batería, de manera que incluso puede agotarse por completo”.
Pero el calor no es el único factor de riesgo. Muchos de los fallos estivales tienen su origen en un uso discontinuo del vehículo. “Sí, los vehículos que han estado parados durante un largo periodo de tiempo y se reactivan solo para las vacaciones tienden a presentar más fallos mecánicos que los que se usan regularmente”, apuntan. Las consecuencias del desuso pueden incluir desde una “batería descargada o debilitada” hasta “frenos agarrotados o con óxido” o “neumáticos deformados o agrietados”.
La ITV voluntaria, una herramienta preventiva
Frente a este escenario, los expertos recuerdan que una inspección previa puede evitar sorpresas desagradables en mitad de un viaje. “Entre los defectos más comunes que pueden evitarse con una comprobación previa a un viaje de largo recorrido, están: detectar que los neumáticos están en mal estado, hallar defectos en los frenos, asegurar el correcto funcionamiento del sistema de luces y señalización, detectar posibles fugas de líquidos, comprobar que el sistema de amortiguadores y suspensión esté en correcto estado, o hallar fallos en la batería y el sistema eléctrico”.
Por ello, AECA-ITV recomienda realizar una ITV voluntaria antes de salir de vacaciones. “Este tipo de inspecciones suelen tener un coste menor al de una ITV periódica obligatoria y no afecta a su fecha de caducidad. Además, permite al titular del vehículo conocer si éste se encuentra en las condiciones correctas para poder emprender un viaje por carretera de forma segura”.
Turismos, furgonetas y autocaravanas: defectos diferenciados
No todos los vehículos presentan los mismos fallos. “En turismos y motocicletas, los defectos más comunes, por importancia de los mismos, son en el sistema de alumbrado, en las emisiones contaminantes y en los neumáticos y suspensiones”, mientras que “en camiones y autocares, son los frenos, el alumbrado y el estado exterior de la carrocería y chasis”.
Una mención especial merecen las furgonetas camperizadas, cuya popularidad ha crecido en los últimos años. “En el caso de las furgonetas, utilizadas habitualmente para ser camperizadas, los defectos más comunes que se detectan son en alumbrado y señalización, en ruedas y suspensiones y en emisiones contaminantes, además de instalación de elementos que no han sido homologados”.
Refrigeración del motor: un sistema crítico en verano
La vigilancia del sistema de refrigeración del motor se convierte en un aspecto crucial durante la temporada estival. Aunque no se revisa en profundidad durante la inspección, la ITV puede detectar indicios de mal funcionamiento. “Sí que se pueden detectar síntomas indirectos o evidencias de fallo, tales como: fugas bajo el motor, temperatura excesiva o ruido en el ventilador”.
Los riesgos de ignorar estas señales pueden ser elevados: “El incorrecto funcionamiento del sistema de refrigeración del vehículo puede provocar un calentamiento del mismo, dañándolo de forma importante, con unos costes de reparación muy elevados”.
Seguridad para todos los usuarios
Desde AECA-ITV subrayan que una revisión técnica no solo protege a los ocupantes del vehículo, sino al conjunto de usuarios de la vía. “Es importante aclarar que sólo a través de la comprobación imparcial, independiente y con rigor técnico que realizan las estaciones de ITV se pueden detectar fallos que, de otra forma, no conoceríamos y que podrían poner en riesgo no sólo la seguridad de un vehículo y sus ocupantes, sino también la del resto de los usuarios de las vías públicas”. Por eso, más allá del cumplimiento legal, las estaciones animan a realizar revisiones voluntarias periódicas, especialmente antes de grandes desplazamientos.