Cinco jóvenes de Costa Rica fueron premiados en Singapur por su innovación tecnológica: Esta es su historia
Envases de fibra de bagazo de caña para inyectables médicos; una bacteria que consume plásticos para producir fertilizante; un basurero para auto clasificación de residuos de forma económica. A miles de kilómetros de aquí, en la lustrosa Singapur, cinco adolescentes de Costa Rica les dedicaron dos semanas a esos proyectos, entre docenas de estudiantes de otras partes del mundo y con la presión de una competencia..
Primero: sí, los proyectos funcionaros, tras pruebas y errores, consultas a profesores y el intenso trabajo en equipo con pares mexicanos y guatemaltecos. Por otro lado, les fue mejor que bien: ganaron dos medallas de oro y una de plata. Si la tecnología sostenible tica tiene futuro, habrá que fijarse en Singapur para estimar quién podría protagonizarla.
En la Green Technology Summit 2025, Ariel Guzmán Sanabria, Camille Chavarría Porras, Mariangel Marín Villalobos, Emanuel Serrano Aguilar y Ángel Gabriel Santamaría Salas se enfrentaron a 24 equipos de Taiwán, Japón, Hong Kong, Rusia, Vietnam y los de México y Guatemala con los que colaboraron. Allí participaron en la cumbre gracias a colaboración de sus instituciones educativas, Saint Joseph High School y Centro Educativo CIT, junto a las organizaciones LearnerChain y NorthSummit Education.
Ariel Guzmán, de 16 años, conoce la presión de la prueba y error, entre otras cosas porque hasta tiene su marca de agua de sapo. “Fue retador, pero me sentí muy cómodo con ese ritmo. Me logré ajustar bastante a levantarme temprano y acostarme un poco tarde y estar trabajando todo el rato y es porque realmente me apasionaba totalmente este trabajo, me apasionaba llevarlo a la vida”, dice de su proyecto Biopen con bagazo de caña, oro en la categoría Senior.
“Poquito a poquito” desarrollaron la fórmula química, les tomó un día estabilizarla y hasta esbozaron un plan de negocio a 18 meses. Guzmán quiere seguir en esta línea de estudio y de negocio: quiere buscar oportunidades fuera del país. “Siempre tengo la idea de volver a Costa Rica porque amo este país y amo todo lo que representa. Pero la oportunidad de salir afuera sería una bendición”.
Por su parte, Mariangel Marín, de 13 años y alumna del Centro Educativo CIT, participó en el equipo ganador de plata en el segmento Junior. “Estaba un poco nerviosa porque no conocía a nadie y no sabía de qué trataba todo, pero luego empecé a conocer a las personas, empecé a hacer amigos y contactos y al final la competencia resultó ser bastante entretenida”, cuenta.
Su proyecto fue un basurero con sensores que clasifica los desechos por su cuenta, en procura del ahorro de tiempo y de la precisión del trabajo. “Tuvimos bastante bastantes clases sobre distintos temas, temas ambientales (de parte de la Universidad Nacional de Singapur) y al final de la clase siempre un ratito para y trabajar en nuestro proyecto”, describe la estudiante.
“Uno siempre tiene sus nervios, en especial cuando uno ve que en el jurado son expertos en el tema que llevan lo que yo tengo de estar vivo trabajando en ese tema”, confiesa Ariel.
Pero como los otros chicos, ya planea el futuro. Tal vez en Singapur empezó a construirse, pero tendremos que seguirles los pasos.