Superman llega a la Alhambra de la mano del dibujante granadino Jorge Jiménez
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Pues resulta que un tipo con capa roja al que llaman el Hombre de Acero llega exhausto a Granada tras detener un meteorito que iba a impactar contra la Tierra y aprovecha la ocasión para descansar y disfrutar de la ciudad de la Alhambra, de su cultura, su gastronomía y su gente. Así se resume la historia Superman en Granada, que este jueves 26 de junio llega a las librerías y que tiene un claro sello local: su escritor y dibujante, Jorge Jiménez , es granadino. Superman en Granada forma parte de un proyecto más amplio, llamado Superman: el mundo . Cada año, un personaje de la editorial estadounidense DC Comics retrata a un personaje de su factoría en diferentes países del planeta. La distribuidora del cómic en España, Panini, ha especificado que esta vez no había mucho donde escoger: tenía que ser Superman porque el 11 de junio se estrena una nueva película sobre su figura y su leyenda, dirigida por James Gunn . El encargado de llevar al superhéroe a España no podía ser otro que Jorge Jiménez, un artista de 39 años que, dice él que de rebote, entró hace doce años en la industria norteamericana de la historieta y dibuja fundamentalmente a Superman y a Batman para DC Comics. Por indicación de sus jefes, Jiménez debía ubicar a Superman en algún lugar de España. Y el artista, que nació en Cádiar , un pueblo de la Alpujarra de apenas 1.500 habitantes, no tuvo duda: lo traería a Granada, donde él estudió. No hizo Bellas Artes ni nada parecido, porque llegó al dibujo más tarde, sino Ciencias de la Actividad Física y el Deporte. Asegura Jiménez que le apetecía mucho que Superman, tras aterrizar -o como se diga- en Sierra Nevada , pasara un rato en la Alhambra, claro, pero también que transitara por calles céntricas, que paseara junto a la catedral o que se sorprendiera de que al pedir algo en un bar le pusieran gratis a una tapa. No se trata de destripar el final de nada, pero sólo para situarla: a lo largo de la historia, se comporta como alguien normal, sin poderes. Y algunos granadinos, que tienen un gracejo difícil de comprender en el resto del mundo y que se define con el adjetivo de malafollá, se meten con él, cosa que por otra parte es hasta comprensible con esas pintas. Lo que pase a continuación, que lo descubra cada cual leyendo.