Bienvenidos a Happyland
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Los que llegan al Consejo de Ministros en una furgoneta Buzz tocando la guitarrita están ahumados con la idea del antimilitarismo como sinónimo de la paz. Este es el 'argumentum ad verecundiam' de esa izquierda guay, mitológicamente superior, que nos enseña cada día a ser mejores personas en el taller 'Cultura de paz y solidaridad feminista internacional' o en el curso universitario de 'Noviolencia'. Pero la falacia es de tal envergadura que los viajeros de la susodicha furgoneta Volkswagen serían los primeros en abrazarse a un soldado cuando a algún tirano se le antojase dejar caer un puñado de misiles sobre su terruño. Ellos promueven una oclocracia barata en la que el gasto en defensa se percibe como una aberración... Ver Más
