Un 31% de los latinoamericanos vive en riesgo de caer ante cualquier crisis
A pesar de avances previos, en las últimas décadas, América Latina y el Caribe muestra retrocesos y fragilidad frente a crisis recientes.
El 31% de la población vive en una “zona gris” de vulnerabilidad socioeconómica: fuera de la pobreza, pero sin protección ante shocks, es decir, no está protegida, y basta una crisis (sanitaria, climática o tecnológica) para hacerla retroceder.
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Así lo revela el informe regional del PNUD titulado “Bajo presión: Recalibrando el futuro del desarrollo en América Latina y el Caribe”, el cual señala que el progreso está en riesgo y urge replantear las estrategias de desarrollo.
Indica que la región es particularmente vulnerable a sufrir retrocesos en desarrollo humano dado que gran parte de la población no cuenta con recursos y mecanismos suficientes para afrontar incluso crisis moderadas. Esto evidencia profundas debilidades estructurales en la región que amenazan el progreso a largo plazo, sobre todo en un contexto de creciente incertidumbre y crisis interconectadas.
Presión adicional
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El informe identifica tres dinámicas que se combinan para poner presión adicional al desarrollo humano en la región:
- Cambio tecnológico desigual, que profundiza las brechas económicas y sociales.
- Fragmentación social y desconfianza en las instituciones, dificultando acuerdos colectivos.
- Crisis climáticas intensificadas, con eventos extremos más frecuentes como incendios y sequías.
Estos factores interconectados amplifican las vulnerabilidades y generan riesgos interrelacionados que agravan los desafíos del desarrollo. Es por esto que cuando hablemos de desarrollo, es necesario que hablemos de resiliencia.
Michelle Muschett, directora regional del PNUD, enfatizó que la resiliencia debe ser el centro del desarrollo humano. No basta con resistir; hay que transformar para prosperar.
“América Latina y el Caribe han demostrado una y otra vez su capacidad de resistir frente a la adversidad. La presión que enfrentamos, ya sea climática, económica o social, puede convertirse en el punto de partida para un nuevo modelo de desarrollo centrado en la resiliencia humana,” aseguró.
“Invertir hoy en resiliencia es proteger los logros del desarrollo y garantizar dignidad y seguridad para todas las personas, especialmente entre las más vulnerables. No basta con resistir. Hay que transformar para prosperar,” agregó.
Propuesta para desarrollo
El PNUD en ALC propone un nuevo marco de Desarrollo Humano Resiliente. Este marco se sostiene en tres pilares fundamentales:
- Instrumentos para navegar la incertidumbre, incluyendo protección social adaptativa y gestión de riesgos;
- Instituciones que abracen la complejidad, la coordinación y la flexibilidad;
- Infraestructura que cierre brechas, garantizando acceso inclusivo a servicios digitales y sistemas resilientes al clima.
Además de su sólido marco conceptual, el Informe del PNUD se presenta como una herramienta práctica para que América Latina y el Caribe enfrenten tiempos de incertidumbre y no solo sobrevivan a las crisis, sino que prosperen pese a ellas.
Para apoyar este enfoque, el PNUD presentó dos herramientas clave:
- Facility de Financiamiento para el Desarrollo Humano Resiliente: plataforma regional que une actores públicos y privados para canalizar inversiones donde más se necesitan y fortalecer la capacidad de respuesta ante crisis.
- Atlas de Inteligencia Artificial para el Desarrollo Humano: guía práctica para diseñar políticas inclusivas y éticas, analizando el impacto de la IA en el desarrollo sostenible mediante datos, casos de éxito y marcos regulatorios.
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