Fragmentaciones: la necesidad de hacer frente a la adversidad

En la última semana se han profundizado las disrupciones en la economía global, derivadas de la política instrumentada por el presidente Trump. El manejo de la situación en Los Ángeles ha abierto un nuevo frente, escalando los niveles de violencia, fragmentando aún más el tejido social, abriendo heridas que serán difíciles de sanar. En esta ocasión se ha utilizado a fuerzas que tradicionalmente se usaban para misiones militares al extranjero para atender una situación de confrontación bélica, en esta ocasión se ha decidido llevar al extremo la situación y se ha decidido utilizar los “marines”, lo que ha sorprendido a todo mundo, al ver el deterioro estructural de Estados Unidos y percatarse de que la administración Trump está dispuesta a escalar la situación a otros niveles.

A esto se suma que la guerra comercial profundizará las tendencias hacia el estancamiento global conllevando a la economía mundial al menor crecimiento desde los años sesenta. De acuerdo con el reporte de “Global Economic Prospects” del Banco Mundial dado a conocer el lunes pasado, el crecimiento de Estados Unidos apenas si alcanzará el 1.4 por ciento, es decir, la mitad del alcanzado en 2024. Esto no deriva únicamente del efecto de las tarifas, sino también del violento proceso de desajustes hacia el interior de Estados Unidos, en donde en un inimaginable proceso se ha incrementado la violencia contra migrantes. La violencia desatada en Los Ángeles muestra un proceso de deterioro de la cohesión social y lleva a disrupciones dentro de la política hacia el interior de la Unión, al utilizar la fuerza en su máxima expresión contra los migrantes que han ayudado a construir la prosperidad de la economía estadounidense, parece inverosímil, más allá de la imaginación. Todo esto resquebrajará el tejido social en Estados Unidos, afectando las raíces de su prosperidad, que había estado sustentada en un proceso de convivencia global, en donde la migración y el comercio mundial habían sido los pilares del proceso de globalización en el sentido más amplio.

La pregunta que surge es qué ruta seguirá la política mexicana frente a estas provocaciones que afectan la convivencia global. La política del gobierno mexicano ha sido la de mantener una relación de diálogo, frente a las provocaciones, se prevé que esta actitud se mantenga, a pesar de provocaciones por parte de la secretaria de Seguridad Pública, Kristi Noem, de acusar a México de estar alentando las manifestaciones en Los Ángeles.

Para reducir estas tensiones se tiene previsto que la presidenta Sheinbaum asista a la reunión del G20, en donde se espera que mantenga un diálogo con el primer ministro de Canadá, Mark Carney, así como su asistencia en la sesión plenaria. La mandataria buscará tener una reunión con el presidente Trump, la expectativa es que trate las políticas migratorias y el impuesto sobre las remesas. Del lado estadounidense, el foco estará en la seguridad y el narcotráfico, mientras que en un tercer punto se situarán los aranceles y el TMEC.

Para que México pueda dar una respuesta sólida frente esta situación requerimos una actitud más sólida por parte de los diferentes grupos sociales y en especial, del sector empresarial, ya que frente a esta situación se requiere ampliar la capacidad productiva del país y los empresarios no están respaldando el esfuerzo de manera suficiente. En 2024, los empresarios apenas si abrieron 16 mil 236 nuevos establecimientos manufactureros, es decir, 2 por ciento adicionales a los existentes. Se requiere de un esfuerzo mayor por parte de los empresarios, es momento de recrear el espíritu que se dio en la etapa de sustitución de importaciones y que se ha replanteado en el Plan México, en donde para apoyar al desarrollo nacional se propone ampliar en forma acelerada la creación de empresas, para que den contenido al discurso.

Frente a este panorama, el reto para México no es solo resistir las presiones externas, sino convertir la adversidad en una oportunidad histórica para redefinir su modelo de desarrollo. Esto implica fortalecer su soberanía económica, diversificar sus relaciones internacionales y consolidar una política exterior activa, firme y con visión de largo plazo.

La coyuntura actual demanda una convergencia entre gobierno, sector empresarial y sociedad civil para construir una estrategia nacional que no solo responda a las provocaciones, sino que afirme el papel de México como un actor clave en la defensa de la estabilidad, la justicia global y la dignidad humana. El momento exige claridad, unidad y acción, dentro del amplio marco institucional que hemos establecido para convivir, tenemos una tarea ardua y difícil de sortear, esperamos que tengamos la claridad de mantener las instituciones y las reglas de convivencia que nos permitan trascender esta difícil circunstancia que pone en peligro al país y sobre todo a la nación. Requerimos claridad para no aplastar lo que hemos construido a lo largo del tiempo, la idea es reforzar las reglas de convivencia y asegurarnos que todos marchemos juntos al encuentro de un futuro mejor.