Nietos con degradado y abuelos con navaja
Desde hace unos años, las calles de Alicante son el escenario de una convivencia curiosa: la de dos formas muy distintas de entender el cuidado masculino. Por un lado, las modernas barbershops, que han irrumpido con fuerza apostando por un estilo desenfadado, cierto aire retro y una experiencia más completa, donde es posible incluso tomarse una cerveza mientras te arreglan la barba. Por otro, las peluquerías tradicionales de caballeros, que resisten con fidelidad a su esencia y a su clientela de siempre, esa que pasa de abuelos a padres y de padres a hijos.