Galicia compite en Cannes con media hora de inmersión total en la 'rapa das bestas'
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Este año, Galicia entra por la puerta grande en la competición oficial del Festival de Cannes. Y no solamente en la sección de largometrajes –con dos producciones–; también en el terreno aún poco transitado pero en rápida expansión de las experiencias inmersivas. Su punta de lanza es 'Fillos do Vento: A Rapa', una pieza de 30 minutos que, más que mostrar, envuelve, introduce y sacude. Lleva el sello de Brais Revaldería, director lucense con experiencia internacional en proyectos como 'Juego de Tronos' o 'Westworld', que ahora presenta con su equipo de producción una obra muy distinta: un documental multisensorial proyectado en 270º, desarrollado a lo largo de siete años y rodado con tecnología puntera para ladentrar al espectador en los montes de Sabucedo (Pontevedra). Al proyecto lo completará un segundo documental –este, en formato de cine tradicional–, aún en desarrollo, explorando los trabajos que se realizan en Sabucedo el resto del año, cuando no es temporada de 'rapa', de cara a prepararla. Este, en cambio, invita a vivirla desde dentro. Desde Francia, su director cuenta que todo comenzó «hace siete años», con la idea era hacer un largometraje documental sobre la 'rapa das bestas' «antes de que se pusiera de moda, con la serie [homónima], o 'As Bestas' de Sorogoyen»: «Llevábamos ya unos cuatro años en la grabación y hace tres decidimos que a lo mejor había que buscar otro ángulo, otra manera de diferenciarse. Y de traer al público, meterlo dentro de la acción del curro, del monte, y en ese sentimiento de comunidad». Y la pieza que estos días se proyecta en Cannes será una parte del todo que propone Revaldería, pero ya ha cobrado vida propia. Está pensada como una inmersión sensorial que transmita la «tensión» del ritual, examinando también la lógica interna de la tradición, en la que los 'aloitadores' rastrean manadas de caballos salvajes a los que recortan las crines para eliminar parásitos y facilitar su higiene, además de desparasitarlos y marcarlos. «Uno de los problemas que tiene el pueblo de Sabucedo con esto, creo, es que es una tradición incomprendida. Fuera de Galicia, muchas veces no se entiende por qué se hace», comparte el cineasta, y ese fue otro motivo de peso que lo llevó producir este trabajo: desmontar algunos relatos a su alrededor. «El trabajo que hacen es muy importante. Se trata de la preservación de una especie de caballo salvaje que está en peligro, lamentablemente. Su ecosistema se está perdiendo y ellos tratan de mantenerlo«. La experiencia arranca con las batidas entre las nieblas de la mañana, sigue con la bajada desde el monte de O Peón, el primer día de curro, y finaliza con la liberación de los animales. Todo se apoya en un sistema de proyección de 270°, sonido binaural, y detalles materiales que completan la experiencia: «Tenemos unas máquinas que dan olor a hierba recién cortada y a animal. Hemos instalado también unas alfombras y unos asientos que tienen un tacto especial, no exactamente como la hierba, pero que recuerdan un poco a esa sensación de estar en el campo». Revaldería subraya que este trabajo ha sido también una experiencia tremenda para él, en lo personal y en lo profesional. «Siempre digo que hacer documentales es posiblemente la sensación más bonita que hay en esta industria. Al final, supone conectar con tanta gente... Ahora mismo muchos amigos en Sabucedo. Casi me siento ya parte del pueblo«, sonríe. De hecho, la presencia en Cannes de representantes de la organización local la sintieron muy cerca tanto él como su equipo: «Para mí fue muy importante que, por ejemplo, Paulo Vicente y Enrique Bazal, que son presidente y expresidente de [la asociación] Rapa das Bestas, estuvieran aquí viendo la experiencia, y creo que se llevaron buena impresión». Y celebra que, entre el resto del público, la acogida, aunque con un formato más íntimo y reducido que el de las salas tradicionales, también esté dejando buenas sensaciones: «Entre las 9 de la mañana y las 7 de la tarde estamos recibiendo aproximadamente 15 o 16 [visitantes] por sesión. Durante cada día, más o menos, 150 o 160». Antes de Cannes, un segmento de 'Fillos do Vento' se había presentado en formato no inmersivo en el festival Hot Docs de Canadá. «Es una manera de empezar a introducir el proyecto en el mercado. Nos parece muy interesante participar en ese tipo de eventos porque al final es verdad que el feedback que recibes es muy importante y muy bueno.» Y, tras el estreno en Francia, el equipo busca una buena salida en España y en Estados Unidos. «Después seguiremos haciendo circuito europeo, seguramente. Y también estamos buscando un estreno importante en Estados Unidos. Hemos empezado a hablar con dos o tres de los festivales grandes allí. Y parece que tenemos opciones.« Para Revaldería, el camino está claro: el documental inmersivo ha llegado para quedarse. «Creo que [para mí] este va a ser el primero de muchos. El cine está cambiando; la industria, en general, está cambiando. Ahora viene la inteligencia artificial... la tecnología es muy distinta a lo que era hace diez o quince años. Y también creo que hay que ir adaptándose de alguna manera».