DHS pide deportar con urgencia a 23 inmigrantes en EE. UU. presuntamente vinculados al Tren de Aragua
Un grupo de inmigrantes bajo custodia del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) protagonizó un motín en el Centro de Detención de Bluebonnet, en Anson, Texas, donde se atrincheraron y amenazaron con tomar rehenes.
El Departamento de Seguridad Nacional (DHS) considera que su permanencia representa un grave riesgo para el personal y los demás detenidos, por lo que solicitó a la Corte Suprema que se levante una orden judicial que actualmente bloquea sus deportaciones.
DHS dice que es un riesgo tener en las instalaciones a los inmigrantes en EE. UU.
El pasado 26 de abril, los 23 inmigrantes acusados de pertenecer al Tren de Aragua bloquearon puertas y ventanas con camas, cubrieron cámaras de vigilancia y amenazaron con tomar rehenes dentro del centro de detención. También intentaron provocar una inundación al obstruir los inodoros. Según Joshua Johnson, director interino de la Oficina de Campo del ICE en Dallas, estas acciones comprometieron la seguridad del personal y de los demás detenidos.
El DHS argumenta que la permanencia de los inmigrantes en las instalaciones constituye un “grave riesgo” y, por ello, ha pedido a la Corte Suprema que autorice su deportación inmediata. La solicitud incluye el levantamiento de una orden judicial temporal que prohíbe las expulsiones bajo la Ley de Enemigos Extranjeros de 1798.
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Inmigrantes vinculados al Tren de Aragua buscan ser deportados
El 30 de abril, imágenes captadas por un dron mostraron a varios detenidos formando con sus cuerpos un mensaje en el patio que decía: “SOS, queremos ser deportados”. Algunos reconocieron su vínculo con la banda criminal, mientras que otros afirmaron haber sido arrestados sin causa durante redadas migratorias durante la administración de Donald Trump.
El gobierno federal emitió un comunicado contundente en el que afirmó que estas personas pertenecen a una organización criminal extranjera que ejecuta actos violentos. Señalaron que su presencia en instalaciones del ICE representa un riesgo significativo para oficiales, personal y otros migrantes detenidos.