El Tajo vuelve a rugir en Toledo: el caudal se multiplica por cuatro en los últimos diez días

El Tajo ruge a su paso por Toledo como pocas veces lo ha hecho en las últimas décadas. Aunque con los años nos hemos acostumbrado a ver un cauce manso debido a las constantes derivaciones de agua al Levante desde la cabecera, las constantes lluvias de estos días están provocando que el río baje con una fuerza inusual, arrastrando una gran cantidad de agua que se hace visible en cada tramo de su recorrido. De hecho, el agua ha llegado a la altura de algunas de las papeleras y bancos de la senda ecológica y el azud de Santa Ana, que época estival permite atravesar el cauce de una orilla a otra sin mojarse, ha quedado casi oculto por la lámina de agua. Los datos registrados a las cinco de la tarde de este lunes en la estación de aforo de la Casa del Diamantista señalaban que el caudal del Tajo alcanzaba los 230,20 metros cúbicos por segundo . Una cifra que contrasta con los 54,57 metros cúbicos por segundo que se registraban hace apenas diez días. Este incremento ha llevado a la Confederación Hidrográfica del Tajo (CHT) a decretar el nivel naranja, que lleva a extremar la vigilancia. El estadío naranja implica niveles de crecida inusuales y una situación hidrológica peligrosa . Desde la CHT advierten que existe un peligro real para todas las actividades humanas que se desarrollen en las márgenes del río, por lo que recomiendan activar medidas de protección tanto para la población como para los bienes expuestos a posibles daños. Los datos de la estación de aforo señalan también que la cota (metros sobre el nivel del mar) del Tajo ha alcanzado los 448,66 metros y se espera que siga creciendo en las próximas horas. Si el río alcanzará los 448,9 metros de cota se activaría la alerta roja por desbordamiento que avisa de desbordamientos generalizados de grades dimensiones y una situación hidrológica muy peligros. En Toledo, tras activar el Ayuntamiento el Plan Especial de Protección Civil en fase de emergencia, los bomberos, Policía Local y Protección Civil están llevando a cabo labores de especial vigilancia en aquellas zonas en las que los arroyos pueden experimentar aumentos de caudal y afectar a zonas urbanas. En el barrio de Santa Bárbara, el arroyo de la Rosa es objeto de seguimiento constante para evitar desbordamientos que puedan afectar a la estación de tren, el Paseo de la Rosa y el entorno del centro de salud. En Azucaica, la atención se centra en el arroyo Villagómez, donde se vigila la canalización y se refuerza la limpieza para evitar obstrucciones que puedan provocar acumulaciones de agua en calles y viviendas. En la carretera del Valle, el arroyo de la Degollada supone un riesgo por posibles arrastres y desprendimientos en la ladera , por lo que se han establecido controles preventivos. En el polígono industrial, el arroyo Ramabujas ha motivado el refuerzo de los sistemas de drenaje en la TO-23 y otras zonas bajas con el objetivo de evitar balsas de agua que puedan afectar al tráfico. Finalmente, en los barrios de Valparaíso, La Legua y Vistahermosa, se mantiene una vigilancia activa sobre el arroyo Salchicha para prevenir posibles acumulaciones en su cauce canalizado. También se ha reforzado el sistema de drenaje urbano y la limpieza de imbornales y sumideros de la ciudad . Si fuese necesario, se cortaría el tráfico de forma preventiva en zonas con riesgo de acumulación de agua, como el Paseo de la Rosa, túneles de la TO-23 o caminos próximos a los arroyos.