Cuando el mundo quema
Tengo la impresión de que en Costa Rica nos estamos quedando sin capacidad de asombro, los acontecimientos nacionales y extranjeros superan nuestra imaginación, o quizá, esto se debe a un sesgo de mi percepción porque pertenezco a una generación que se formó a un ritmo más reposado que permitía la reflexión, la investigación y la toma de decisiones racionales por encima de los impulsos emocionales.
La verdad no es simplemente la opinión de los detentadores del poder político o tecnológico, ni tampoco es una manera distinta de empacar una mentira. La educación solía ser un proceso progresivo, concienzudo e integral que además de preparar a las personas para el mercado laboral, nunca ocultó su intención de formar buenos ciudadanos y de ser posible, aun mejores personas.
Pero este artículo no es un ejercicio de nostalgia gratuita. Se trata de una constatación fáctica, ya usted se habrá dado cuenta que la casa está en llamas y por lo que veo, la respuesta de quienes están llamados a apagar la conflagración, viene cargada de hidrógeno, gasolina y gas propano.
Salvando las distancias y proporciones, los pequeños conflictos están por todas partes, no solo en las guerras atroces que se libran en Oriente Medio y Ucrania, ni en la retórica populista que se activa un día sí y el otro también. Proviene, además, de los vecinos desconsiderados que hacen bulla muy temprano en la mañana; de las calles costarricenses, donde aparecen espectros guerreros de la carretera que reclaman como suyos escasos centímetros de asfalto; también acontece en las salas de cine donde se piensa que se puede hablar en voz alta como si no hubiera nadie más.
La tensión se palpa en el ambiente de modo capcioso y la más pequeña chispa la hace estallar. ¿Han notado que quien camina va alerta porque está consciente de que puede ser asaltado? Se evita el contacto visual entre extraños y el tejido social se adelgaza.
La enorme o pequeña caverna de eco
El flujo de información actual conlleva una enorme paradoja: por un lado, es disperso, abundante y poco confiable, tanto en redes analógicas como digitales, y por otra parte está segmentado por filiaciones y algoritmos, de tal manera que fácilmente, si no se escudriña correctamente, se puede terminar leyendo, viendo y escuchando lo que se piensa y se quiere, sin necesidad de utilizar el pensamiento crítico, ni obtener un crecimiento intelectual; es decir, el individuo puede encontrarse en una enorme o pequeña caverna de eco.
Es así como no es un misterio que, dependiendo del canal que se consulte, la misma noticia recibirá un tratamiento distinto. Para muestra un botón, el caso paradigmático de CNN versus Fox News. En la elección del mass media, se ejecuta un acto político en sí mismo. Esto debe matizarse indicando que la proporción de conformidad con la realidad varía en cada caso concreto en un momento dado.
Como especie necesariamente social, los humanos siempre hemos necesitado saber qué sucede en nuestro entorno. Pasamos de los relatos en torno a la fogata del clan, a la narración oral en mayor escala para sostener la cohesión social de grupos más grandes mediante la creación de mitos comunes.
Por mencionar un ejemplo, el equivalente a las noticias de espectáculos de hoy y el culto a las celebridades, en realidad tiene raíces muy antiguas, el historiador Herodoto menciona diarios satíricos dirigidos contra los propios gobernantes egipcios.
Cita uno redactado por un escribano palaciego —quien recibía una fuerte suma de unos banqueros— en cuyos libelos, bajo la apariencia de distraer al público, se habla de los escándalos y orgías del rey Amasis sobre las aguas del lago Meris, como si con ello se quisiese incitar el odio del pueblo contra el soberano. No hay nada nuevo sobre el sol, reza el Eclesiastés.
Demóstenes asienta que los griegos en el Ágora se preguntaban unos a otros: ¿qué novedades hay? Y que esto era común y corriente en las repúblicas urbanas de la Hélade. Los helenos se reunían en las plazas públicas, para comentar las noticias, lo mismo políticas que judiciales.
En Roma, existía el “Acta Pública” y “Diurna” a las que alude Tácito en “Anales” de los “fastos” o apuntes históricos. En China existió el “King-Pao” —la Gaceta de Pekín—, órgano del Imperio, que, si bien no tuvo circulación alguna, fue una manera de recopilar las disposiciones de los emperadores.
Registros precisos
Ello evidencia que la escritura permitió un registro más preciso y confiable del flujo de información, aunque siempre limitado a pocas personas en un inicio para expandirse exponencialmente después con la creación de la imprenta.
A riesgo de mejores datos, la primera publicación impresa de tipo periodístico se realizó en Viena en 1529 y consistía en una hoja que incluía varias noticias. A partir de 1580 se difundieron diarios de varias páginas en lo que hoy son los Países Bajos.
Consumir noticias puede elevar los niveles de cortisol, pero fingir que no sucede nada e imitar a un avestruz tampoco contribuye a la salud mental, lo que es incontestable es que la lectura elegida contribuye a la cultura de la persona y a la creación de nuevos conectores neuronales.
Parte de la sabiduría es reconocer que se carece de control para casi todo, incluso la configuración del ADN con que se vino al mundo no es alterable hoy según el estado de la ciencia en lo que esencial, es por ello por lo que la ética enseña que no es reprochable lo que es intrínseco, contrario a las decisiones voluntarias, que sí son sujetas a examen.
Cuando el mundo quema, no hay resguardo, bien decía Umberto Eco que una guerra santa sigue siendo una guerra. En el Fedón de Platón se narra que φάρμακον (phármakon, de donde deriva la palabra farmacia), la ninfa náyade que vivía en un manantial venenoso cerca del río Iliso de Atenas, fue raptada por Bóreas, el viento del norte, tal alegoría mitológica significa que nadie está a salvo en un mundo hostil, pero también debemos recordar que la esperanza es un deber y un ejercicio de resistencia frente todo aquello que nos quiere arrebatar la alegría.
El autor es abogado.